Una nueva salida a hombros completó hoy Pablo Hermoso de Mendoza, al cortar tres orejas en La plaza "La Macarena" de Medellín, que continúa con éxito su temporada invernal. Aunque debieron ser solamente dos, pues la segunda de su primer toro fue excesiva ya que mató de un bajonazo que emborronó una faena extraordinaria, pero que equivocadamente fue premiada con los dos apéndices.
Un homenaje a "Chenel", la estrella de la cuadra de Hermoso. Esta faena tuvo un protagonista, y fue este caballo maravilloso, que se crece cada tarde en la que pisa el albero. El arte en el ruedo no es exclusivo de los toreros ó de los caballeros, el arte esta tarde lo puso "Chenel", porque cuando hay perfecta conjunción de caballo y caballero, el espectáculo es garantía de calidad, y se verifica en una faena lo que significa el revulsivo Pablo Hermoso de Mendoza para la Fiesta.
Que Pablo torea de manera impecable de costado, es cierto; que sabe templar como ninguno con la grupa del caballo, también lo es; que su tauromaquia es reconciliadora y que en ella se encuentran ortodoxos y reformistas, sí que lo es. Pero que el rejoneo en su máxima expresión es hechura de caballo y caballero, de eso no me cabe la menor duda, y esta tarde pensé en, cuanto valdría la pena que al menos la vuelta al ruedo también debió ser esta tarde a lomos de "Chenel". Para la cuadra del navarro, la oreja que sobraba en sus manos, para "Chenel" la lluvia de claveles que en esta plaza se siente como en ninguna. A hombros salió Hermoso una vez más, a pesar de que faltó la rotundidad de otras tardes.
Sebastián Castella es de la afición de Medellín, que esta tarde lo despidió en medio del clamor que suponen los gritos de "torero, torero". Una faena maciza, la primera, brillante el comienzo prendido de las tablas y un desparpajo que en Castella se traduce en toreria.
Buen pulso y series con hondura con la mano derecha, como en su mejor versión. Cuando Castella anda bien, hay un reflejo de ello, y es la suavidad con que corre la mano. En dos naturales de perfecto trazo se impuso al toro que por el izquierdo tuvo menos calidad. El presidente concedió una oreja de las dos que se pidieron, quizás por el lento efecto de la espada.
Una faena de entrega, la segunda, en la que Castella que puso todo. El toro, que partió plaza y apuntaba para algo bueno, se vino a menos casi desde el comienzo de faena, en la que lo paró con soberbios estatuarios. Mucho temple y muchas ganas, pero poco toro y tiempo escaso. A veces la porfía deja una sensación de haberse pasado de faena, y esta tarde le pasó al francés, que saludó tímidamente la ovación en tablas.
José Gómez "Dinastía", torero de Medellín, que esta tarde regresaba después de más de un año de ausencia, no tuvo suerte, y no tuvo tampoco recursos. Dejó pasar un buen lote en trasteos limitados y sin ningún libreto. Ni siquiera la reaparición ante su público sirvió de estímulo para que otro fuera el desenlace. Lamentable su técnica en la suerte suprema, que no puede reseñarse como fallo a espadas, porque más parece que olvidó el oficio con el estoque.
Ficha: Plaza La Macarena. Segunda corrida. Tres cuartos de entrada en tarde soleada. Toros de La Carolina de escasa presencia y manejables en general. Aplaudidos en el arrastre 1o., 2o., 4o. y 6o. Pitado el 5o. El 3o., de nombre "Brillador", fue premiado con vuelta al ruedo. Pesos: 462, 455, 496, 467, 475 y 503 kilos. José Gómez "Dinastía" (tabaco y oro): silencio tras aviso y pitos tras dos avisos. Sebastián Castella (rosa y oro): Oreja con petición y ovación. Pablo Hermoso de Mendoza: Dos orejas y oreja. Saludaron tras banderillear al 4o., Raúl Morales y Jaime Mejia. Destacaron en varas Luis Viloria y José Manuel Moreno.