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El pellizco de Mora deslumbra en Madrid (video)

Lunes, 15 Ago 2011    Madrid, España    Juan Antonio de Labra | Enviado          
El madrileño hizo una faena de hondo calado al sexto de la tarde
Las sensaciones que David Mora había dejado en su reciente paso por Las Ventas se ratificaron, y volvió a dejar sobre la arena un artístico concepto del toreo fundamentado en la naturalidad y el empaque, dos atributos difíciles de encontrar en una misma expresión.

Y de haber estado fino con la espada, hubiese salido relanzado de este coso, donde todo cuanto hizo caló muy hondo entre los aficionados y los profesionales, además de los numerosos "güiris" (como llaman por aquí coloquialmente a los extranjeros rubios), que presenciaron la tradicional corrida de la Virgen de la Paloma.

Cabe mencionar que la corrida de Montalvo salió como estaba previsto: se dejó torear, y salvo los primeros dos toros de la corrida –uno manso y flojo y el otro reservón– el resto se dejó torear en menor o mayor medida, siendo los últimos tres toros más que potables para el lucimiento.

Pero aquí parecía que Mora estaba tocado por esa gracia especial cuando un torero de su corte está de vena, y fue de esta manera como conectó rápidamente con un público ávido de emociones más profundas.

El buen pitón izquierdo que tuvo el noble tercero, permitió un bosquejo de buen toreo a cargo del madrileño, que más tarde, delante del sexto, desgranó una faena más estructurada y seria, con pasajes de cante grande, como fueron un par de series de naturales en las que el sentimiento del toreo lo tuvo a flor de piel.

Y la espada, esa traicionera que a veces machaca a los toreros, no le dejó trascender como se debe con una merecida puerta grande. Sin embargo, todos quienes gozaron con su toreo debieron salir satisfechos, pues aprovechó a cabalidad el mejor lote del encierro de viejo hierro de los círculos concéntricos.

La actuación de esta tarde le servirá a David Mora para seguir avanzando en la profesión, y ser otro de los jóvenes toreros de la baraja española, como el caso de Daniel Luque –que está más aventajado– o Iván Fandiño, que más pueden interesar hoy día a los aficionados.

Ignacio Garibay regresaba a Madrid tras haberse ido al "hule" el pasado 22 de mayo, cuando un toracón de Partido de Resina le atravesó el muslo derecho. Esta nueva oportunidad en Las Ventas no pasó de discreta, en medio de un ambiente indiferente que no tuvo demasiada paciencia a los procedimientos empleados por el torero mexicano.

Su primero toro fue reservón y nunca se empleó en la muleta, salvo en una serie por el pitón derecho, la única bien acabada que pudo trazar Ignacio hoy en la capital de España, en medio de una faena demasiado larga y de poco contenido, en la que le sonaron un aviso antes de cambiar el ayudado por la espada de verdad.

Se lo quitó de encima mediante una estocada baja, que desagradó a la concurrencia, quizá como producto de que el toro le echó la cara arriba en el momento del embroque.

El cuarto tenía mejores prestaciones, pero Ignacio no terminó de dar ese paso adelante para someterlo con más confianza, así que solamente bosquejó algunos pases sueltos de buena factura que no sirvieron para concretar la redondez de la faena que se antojaba. A la hora de matar lo hizo de varios pinchazos y un certero golpe de descabello para retirarse en silencio.

El confirmante, José Francisco Palazón, se dejó ir enterito otro de los toros buenos del encierro, el quinto. Aquel ejemplar, que por cara y hechuras daba la impresión de ser hermano de padre del tercero, embistió una y otra vez con buen son, metiendo la cara abajo y rebozándose mucho.

El alicantino sólo consiguió acoplarse en algunos muletazos, pero sin la enjundia y transmisión que requería la tarde, en una actitud inexplicable si sabemos que cuando un toro embiste en esta plaza es casi como sacarse la lotería.

La torería de David Mora impregnó el ambiente de una ciudad repleta de entusiasmo a un par de días de la llegada a España del Papa Benedicto XVI, que ha congregado a miles de fieles; muchísimos jóvenes que vienen a Madrid a contrarrestar el desánimo de varios millones de otros jóvenes mejor conocidos como los indignados.

Resumen en video del festejo (las-ventas.com)

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Un tercio de entrada en tarde calurosa y con algunas ráfagas de viento. Toros de Montalvo, bien presentados, de juego parejo los últimos cuatro, de los que sobresalieron el 4o. y sobre todo el 6o. por su buen estilo. Pesos: 534, 560, 550, 587, 592 y 662 kilos. Ignacio Garibay (acero y oro): Silencio tras aviso en su lote. José Francisco Palazón (marfil y oro), que confirmaba: Silencio y división al saludar. David Mora (palo de rosa y oro): Vuelta y oreja con petición. En banderillas destacaron Félix Jesús Rodríguez y Víctor Manuel Rodríguez, ambos de la cuadrilla de Mora, que saludaron en el 6o. Palazón confirmó con el toro "Salado", número 92, colorado bragado meano, con 534 kilos.

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