Un estupendo triunfo logró el mexicano Brandon Campos esta noche en la Real Maestranza de Sevilla, durante la segunda novillada sin picadores de promoción, pues le rumbó las dos orejas al primer ejemplar de su lote tras una gran faena.
El mexicano estuvo muy variado con la muleta ante en el primero de su lote. Tras brindar su faena al público se fue al eral para templarlo, recetándole derechazos con gusto y torería. Sobre todo destacó la tercera serie de toreo en redondo. Al natural, Brandon supo llevar a su oponente y tirar con suavidad de él para que se sucedieran naturales de largo trazo. Destacó el circular final y unas manoletinas ajustadísimas. Se le concedieron las dos orejas.
Campos supo administrar bien la escasa fuerza del sexto. Compuso bien la figura en el recibo por verónicas. Destacó su actuación sobre todo por el pitón derecho. Por el izquierdo, el trasteo bajó de intensidad. Falló reiteradamente con el descabello y su labor fue silenciada.
Héctor Roberto, de la Escuela Municipal de Tauromaquia de Écija-Sevilla, recibió a su primero a portagayola, recibo en el que el de Guardiola le arrebató los trastos.
Pero esto no fue óbice para que rematara el recibo con una buena media y revolera. Tuvo que atacar al eral para que éste entrara en el juego, pero terminó apagándose. Destacó la última serie por la derecha. Mató a la segunda y fue aplaudido. Menos suerte tuvo con el cuarto, con el que Roberto intentó resolver sin éxito las complicaciones que presentaba este eral del encierro de Guardiola.
Estuvo voluntarioso y lo intentó por ambos pitones, pero el trasteo no alcanzó vuelo. Su labor fue silenciada.
Ferrater Beca, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, se gustó en el recibo por verónicas en el segundo, consiguiendo capotazos muy templados. Con la muleta no terminó de acoplarse con el animal y los muletazos se sucedieron sin que tuvieran eco en los tendidos. Se excedió de faena y sonó un aviso. Mató de pinchazo y media y su labor fue silenciada.
Con el quinto de la tarde tampoco terminó de acoplarse el sevillano, que vio cómo el animal le arrebataba los trastos en varias ocasiones. Se alargó con los aceros y su labor también fue silenciada.