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Emotiva despedida de El Geno en Monterrey (fotos)

Domingo, 26 Jun 2011    Monterrey, N.L.    Javier Ramírez | Corresponsal          
Sus hijas le cortaron la coleta en los medios del ruedo
Al parecer el retiro de Alberto Galindo "El Geno" va en serio. Y es que después de tantos retiros y retornos a los ruedos por parte de los toreros, uno ya no se los cree, en serio. Se van de luces y a los pocos meses vuelven a torear de corto...
 
Al menos en El Geno creemos que será en serio. El hecho de haber sufrido seis cornadas (no fue muy castigado), pero dolorosas y graves fractiras en los huesos, a sus 43 años son motivo para que su retirada se vea como de verdad.
 
Si a eso se le suma que como activo su nombre no estaba siendo tomado en cuenta por las empresas, punto a favor para dedicarse de lleno a su familia o a otros asuntos que le ayuden a llevar el sustento a su familia.
 
Quedará, eso sí, en el recuerdo de los aficionados que le vieron torear desde becerrista y a quienes le acompañaron en pasajes historicos de verdad como novillero, sus hazañas y andanzas que hizo ganarse un doctorado con mucha fuerza en la Monumental Monterrey el año de 1988, cuando Manolo Martínez le concedió la alternativa y que a la postre fue la última que otorgó el diestro regiomontano en su carrera.
 
Parentesis aparte es de consiganr que como novillero El Geno ha sido el último que cortó un rabo en la cazuela de Insurgentes, donde no se ha concedido otro alguno y vaya que en el coso mayor de la República han actuado en ese escalafón figuras de la talla de José Tomás y El Juli por citar a dos de la actualidad.
 
La corrida que marcó la despedida de El Geno se antoja para irla desmenuzando poco a poco.
 
Primero, relatar que al medio dia, previo al sorteo y debido esto a que el juez de plaza Antonio Quiroga se empeñaba en dejar fuera a dos astados de la ganadería titular de Golondrinas, el criador de bravo Óscar Dominguez y el propio Quiroga se hicieron de palabras fuertes, hasta llegar al insulto maternal, pues el ganadero no aceptaba que el encierro se parchara con ejemplares de Rafael Mendoza y Teofilo Gómez.
 
Finalmente y para que no corriera la sangre al rio entre estos personajes, se acordó dejar para rejones y uno más para los de a pie de Rafael Mendoza y cinco mas de Golondrinas.
 
De estos siete al final funcionaron, que no mucho, el cuarto, sexto y septimo, de un encierro en conjunto bonito de hechuras pero muy justo en presencia que no concordaban los pesos anunciados con los ejemplares en la arena.
 
El Geno hizo lo suyo y pudo despedirse de su afición con un triunfo, pues aprovechando las embestidas del mejorcito que fue último, le estructuró una faena de las suyas, empeñosa, variada, entregada, adornada y coronada después de un pinchazo con una certera estocada que fue suficiente para tumbarle la única oreja al de su despedida.
 
Luego de recorrer la circunferencia, sollozando, se fue al centro del ruedo donde sus tres pequeñas hijas le cortaron la coleta que al final mostró en alto a la concurrencia.
 
El rejoneador Pedro Louceiro III enfrentó en primer lugar a un astado (de Rafael Mendoza) que no sirvió de nada, más que para herirle sin consecuencias graves uno de sus caballos en su intención de complacer al publico con una suerte al quiebro que resultó atropellada. Los Forcados Mazatlecos cumplieron su misión y logrraon una vistosa pega al segundo intento.
 
A Guillermo Ibarra le pesó la escasa actividad que ha tenido, pues se vio muy fuera de sitio, desentonado y sin encontarle la distancia a su primero. Para colmo, el viento que no dejó de molestar toda la tarde le hizo verse medroso. Al segundo de su lote le arrancó algunos muletazos, pero tampoco dejó en la retina de la afición una faena que le hiciera acordarse.
 
Hernán Ondarza sudó en serio el traje de luces (iba vestido de azabache) ante un complicado primer enemigo que se le coló con peligro en un par de veces. Palmas tras un aviso y a lo que sigue... Con su segundo se acomodó un poco más y extrajo los muletazos necesarios para agarrar un poco de aire y salir del problema. Faena decorosa y valiente que emborronó, para no variar, con el acero.

Ficha
Monterrey, N.L. Unos tres mil aficionados, en tarde calurosa. Cinco toros de Golondrinas y uno de Rafael Mendoza, justos en presentación y complicados, salvo el lidiado en 7° lugar. Pesos: 508, 521, 470, 465, 486, 490 y 450 kilos. Pedro Louceiro III: Ovación. Guillermo Ibarra (negro y oro): Silencio tras aviso y ovación. Hernán Ondarza (onispo y azabache): Palmas tras aviso y vuelta. Alberto Galindo "El Geno" (tabaco y oro): Ovación y oreja. Los Forcados Mazatlecos fueron muy ovacionados. El caballo "Nopal", de Louceiro, fue herido en el anca derecha y atendido en la misma plaza, sin que revistiera mucha gravedad.


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