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Ruedo: Temporada mixta

Miércoles, 22 Jun 2011    México, D.F.    Heriberto Murrieta | Récord   
La columna de este miércoles

Ante la alarmante carencia de novilleros, la empresa de la Plaza México buscará insertar  corridas de toros dentro de la temporada de novilladas que arrancará el domingo 17 de julio, a más tardar. Juan Castañeda, gerente operativo del coso metropolitano, nos comentó que la empresa que dirige Rafael Herrerías sólo espera la autorización de la Delegación Benito Juárez para montar una temporada mixta donde matadores de reciente alternativa estarían confirmándola en la arena capitalina.

El aliciente, anunció Castañeda, será que los triunfadores obtendrán un puesto para la próxima Temporada Grande 2011-2012. Lo lamentable es que actualmente en México no exista un circuito, una plataforma de despegue para los aspirantes a la alternativa.

Otra defensa inteligente

En medio de las estridentes voces que demandan fulminar las corridas de toros, apareció un artículo del siempre lúcido e ingenioso Armando Fuentes Aguirre "Catón", que nos compartió nuestro amigo Pancho Hernández Weber. Este es un fragmento del texto del columnista saltillense:

"De mí yo sé decir que si por algún extraño avatar me viera convertido en toro, preferiría morir en el ruedo, bajo la deslumbrante luz del sol, entre olés y músicas y aplausos, mi nombre quizá inmortalizado por la faena de un artista, en vez de sufrir adocenada muerte anónima en la sordidez de un rastro. (Esto da material para la reflexión: los toros que se lidian en las plazas tienen nombre; los que van al matadero, no). Además en el ruedo tendría yo una posibilidad; una quizá entre 100, pero posibilidad al fin: la de salir indultado de la plaza para volver luego al cortijo a vivir vida de sultán de harén (…) Ahora la fiesta sufre amenazas de politiquería. La prohibición de las corridas en Cataluña fue más cosa de política -nacionalismo extremo: ¡cuántas necedades se cometen en tu nombre!- que de un sincero propósito de salir por los fueros de ‘los derechos de los animales’. No todo, sin embargo, es interesada simulación de piedad con miras de política. En abril de este año, Francia, que ciertamente no es un país de irracionales, inscribió la tauromaquia en la lista de los bienes que forman su patrimonio cultural inmaterial. En otros países -España y México entre ellos, desde luego- hay ya iniciativas tendientes a conseguir el mismo reconocimiento a su honda tradición taurina, que es parte de su cultura y su legado artístico. Apoyaré ese esfuerzo, pese a las diatribas de los enemigos de la fiesta, que suelen ser más virulentos y agresivos que el más encendido aficionado. Lo apoyaré porque pienso que defender la fiesta de los toros es pugnar por la conservación de una de las más bellas especies animales que en el mundo existen: el toro de lidia".

Fecundo Facundo

En los noventa así llamaba, sin afán de molestar, al querido Facundo Arroyo, por la forma en que se prodigaba al premiar a los toreros en los festejos de la Feria de Texcoco. Con la misma rapidez con que sacaba el pañuelo, Facundo hacía amigos por su don de gentes y su proverbial afabilidad. Murió la semana pasada, dejando una estela de cariño.

No olvidamos cuando se puso enérgico y no se dejó engañar por José Mari Manzanares, quien alteró su fecha de alternativa en un mano a mano en Texcoco con Mariano Ramos, buscando que el torero-charro saliera por delante, a pesar de tener más antigüedad de alternativa. Al terminar la corrida lo mandó arrestar y el alicantino, en medio del escándalo, al tambo por unas horas fue a dar.  

Gaona también triunfó

Hace ocho días comentamos que tuvieron que transcurrir más de 30 años para que un mexicano volviera a cortar una oreja en Sevilla, desde que César Pastor obtuvo un apéndice en 1979 (Sergio Flores lo consiguió hace unas semanas). Pues bien, nos recuerda nuestro querido amigo Rodolfo Díaz que antes de Pastor, José Antonio Gaona tocó pelo en La Maestranza el 6 de agosto de 1972. Le cortó una oreja a un novillo de Joaquín Buendía, en tarde donde alternó con Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea" y Curro Núñez. Nos cuenta Rodolfo que a José Antonio le ofrecieron repetir pero que su apoderado Manolo Morilla declinó la invitación, considerando que en menos de un mes estaba programada su alternativa en Málaga.

Xavier González Fisher agrega otro dato notable: el tapatío Pepe Murillo actuó tres tardes como novillero en Sevilla en un mismo año: 6 de julio, 10 y 24 de agosto de 1986. 

Gesto mayor

La prensa española no ha escatimado elogios para los toreros mexicanos que actuaron en la pasada Feria de San Isidro. Federico Arnás escribió en 6 Toros 6: "México debe estar orgulloso de su representación. No erró la empresa ni en los nombres escogidos ni en una apuesta pionera, pues nunca antes hubo tanta presencia de la bandera verde, blanca y roja. El más veterano, Ignacio Garibay, dio dos de las series más despaciosas de la feria a uno de Nazario Ibáñez y no se encogió ni antes ni después de la cornada propinada por el monstruo de Partido de Resina. Toro-fraude, porque es como si pretendiéramos que fuera el torero un luchador de sumo".

Y de Sergio Flores anota que "proyecta mucho, y además en pantalla panorámica. Es uno de esos novilleros que uno ve plantado con solidez como matador de toros. Su cara delata la ambición y la afición de quien no se permite un fallo".

Por otra parte, dentro de su síntesis ferial en Aplausos, Barquerito no duda en conceder un lugar preponderante a la actitud de Garibay: "La sencilla elegancia con que, herido y mal repuesto de aquel bestial porrazo, decidió resistir en la plaza hasta que rodara el toro de su mano, habrá sido el gesto mayor de San Isidro". De ese tamaño.

Delicada

Doña Popa Olea, madre de Rafael Herrerías, se encuentra muy delicada de salud. Mujer de gran entereza y optimismo ante la vida, está por cumplir 91 años de edad. Le deseamos una pronta recuperación.

Flores para Alfredo

Con motivo de sus primeros 50 años como periodista taurino, Alfredo Flórez expondrá 50 fotos, 50 pinturas y 50 dibujos de su autoría en la Casa de Cultura de Azcapotzalco. Recuerdo que después de hacer mis pinitos en El Redondel, a mi primera columna taurina en un periódico decidí titularla "¡Al toro!", sin sospechar que era el nombre de la que por entonces publicaba Alfredo. Como era de esperarse, recibí sus mensajes reclamando cortésmente su derecho de antigüedad.

Cambié el nombre de mi colaboración por el de "Espuerta" pero lo que no ha cambiado nunca es el concepto de caballerosidad en que tengo a este taurino de cepa, limpio y versátil, pues lo mismo escribe que fotografía y pinta de toros.


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