Israel Téllez vivió un acontecimiento inusitado en su carrera, durante su debu en La Maestranza de Sevilla, que fue dejarse vivo al sexto toro de
Miura de manera circunstancial y después de haber estructurado una faena interesante en la que hubo pasajes de buen toreo.
Y es que todo pasó en un arbir y cerrar de ojos, cuando el torero de Uriangato prolongó un poco de más el trasteo y trató de perfilarse para matar. Ahí fue el momento en que el
Miura, haciendo gala de ese comportamiento tan especial -y a veces extraño de esta ganadería-, comenzó a andar al trote a la vera de las tablas y no hubo manera de detener su carrera.
Más bien parecía como si al sentir la presencia de la cuadrilla de
Téllez y del propio matador, se sintier arreado, con una actitud de completa mansedumbre, y el mexicano no sabía qué hacer. El toro dio hasta ¡tres vueltas al amplísimo ruedo!
El sentido común dictaba que
Téllez se pusiera en el camino del toro para largar un sartenazo, inclusive con la muleta sin liar, a fin de tratar de taparle la cara al
Miura, pero lo cierto es que pareció que se había desfondado anímicamente y se notaba tan desconcertado con esta insusual situación, y derrotado mentalmente.
Llegó el tercer aviso cuando ya había colocado media estocada caída y buscaba descabellar, y la verdad es que el público le sonó algunas palmas de aliento al retirarse a la barrera y la parada de cabestros berrendos en colorado ya habían aparecido en escena para llevarse a "Higuerito" a los corrales. Una verdadera pena, caray.
Hay que apuntar que
Israel Téllez tardó en confiarmse con este ejemplar, y hasta mediada la faena se olvidó que el ejemplar tenía el mítico hierro de la "A" con asas en la palomilla izquierda, pues "Higuerito" mantuvo un buen nivel de nobleza y, aunque a veces embestía un tanto rebrincado, sí obedecía los toques de muleta y tenía un aceptable recorrido, tratándose de un ejemplar de esta ganadería tan complicada.
Y fue el momento en que
Téllez toreó con más temple y le encontró la distancia; la faena creció y el entusismo del público, que se mostró más receptivo con el torero mexicano al advertir que su confianza en sí mismo había crecido y se estaba imponiendo al de
Miura.
Los redondos, los martinetes y pases de pecho por ambos pitones devolvieron la ilusión por un torero profesional, que había apostado por una gesta que al final tiene una lectura un tanto adversa. Es decir, pesará más el toro vivo en Sevilla -tristemente- que el esfuerzo realizado ya que en la lidia del tercero no apretó el acelerador a fondo.
Ese toro no tenía buen estilo, desde luego, pero también se dejaba pegar pases, y cuando un
Miura se deja pegar pases, no hay que desaprovechar ni una sola embestida para centrarse. A
Téllez le faltó apostar más en este primero de su lote y arrear para causar un mayor impacto entre el público y los profesionales.
A los dos toros de su lote los banderilleó con soltura, pero sin demadiado lucimiento. Y tal vez hubiese sido preferible dejar a un lado los palos y concentrarse en la observación del comportamiento de los toros en los tercios de banderillas, ya que siempre resulte ilustrativo ver qué hacen, sobre todo si proceden de ganaderías tan complejas como la de
Miura.
Sus compañeros de cartel -
José Luis Moreno y
Rafaelillo- procuraron resolver, cada uno, en distinta medida, la papeleta, siendo el murciano el que más impacto causó al público por su arrojo, y una forma tan honrada de andar por el mundo.
A diferencia de
Israel Téllez, que sorteó, en conjunto, el lote más toreable del encierro,
Rafaelillo se enfrentó a dos auténticos galimatías. Ambos le echaron mano de manera peligrosa: el primero al entrar a matar y el segundo cuando daba una verónica. Tremendos golpes se llevó este menudito guerrero de los ruedos.
La faena a su primero fue de un gran interés y vibración porque el toro comenzó a desarrollar sentido desde el tercio de banderillas y llegó con mucho peligro a la muleta recia y avispada de
Rafaelillo, que le robó pases de un enorme mérito. Un pinchazo, del que resulto cogido, afortunadamente sin consecuencias, y una estocada dando el pecho, eran argumentos suficientes para cortar una oreja que no fue concedida.
En el quinto resultó cogido con el capote, y a partir de este instante el toro dijo que ya no le iban a dar un pase, así que el murciano abrevió y también se le complicó darle muerte, pues el toro se emplazó en los medios y no descubría para que el torero pudiera descabellar.
José Luis Moreno firmó el único pasaje de calidad toreando con el capote: ejecutó un templado quite por verónica al cuarto de la tarde, un toro que tenía buena condición y el duro castigo en varas le hizo durar muy poquito.
Al toro que abrió plaza también le hizo otro quite vistoto que remató con una bella larga soltando una punta del capote, antes de realizar una faena intermitente en la que estuvo enterado y mató de una estocada al encuentro de habilidosa ejecución.
Ahora habrá que esperar la siguiente actuación de un mexicano en España:
Arturo Saldívar el próximo domingo 15 de mayo en Las Ventas de Madrid, donde confirmará su alternativa de manos de Morante de la Puebla, y ante el testimonio de
Alejandro Talavante, con toros de la ganadería triunfadora de
Núñez del Cuvillo.
Resumen de video de la corrida de Miura en Sevilla (digitalplus.es)
Ficha Sevilla, España.- Plaza de La Maestranza. Más de tres cuartos de entrada en tarde soleada y calurosa. Toros de
Miura (el 3o. como sobrero sustituto), muy en tipo, altos, con romana y de juego desigual, de los que destacaron 4o. y 6o. Los toros corridos en 2o. y 5o. lugares sacaron genio y peligro. Pesos: 600, 578, 670, 571, 624 y 626 kilos.
José Luis Moreno (grana y oro): Silencio tras aviso y palmas.
Rafael Rubio "Rafaelillo" (pizarra y oro): Vuelta tras petición y silencio tras aviso.
Israel Téllez (grana y oro): Silencio tras aviso y silencio tras tres avisos. Destacó en la brega
Abraham Neiro, que también saludó con las banderillas.