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El Zapata indulta un toro en Puebla (fotos)

Jueves, 05 May 2011    Puebla, Pue.    Álvaro Sánchez | Foto: Ángel Sainos           
De la ganadería de Campo Real, propiedad del Chino Gómez
Uriel Moreno "El Zapata" cosechó un importante triunfo en una de sus plazas talismán, y esta tarde indultó a un buen ejemplar de Campo Real, durante el mano a mano que sostuvo con Pedro Gutiérrez "El Capea" que hoy se fue de vacío.

Los indultos no son siempre convincentes, sobre todo si se aprecian detalles de comportamiento en el burel que dejan dudas como el de hoy. Sin embargo, hubo sinergia entre toro y torero que se tradujo en una faena de escándalo; las buenas cualidades de "Sanjuanero", quinto de la lidia a pie, inclinaron la balanza a su favor para que el respetable solicitara el indulto que se concedió.

Desde el rítmico juego de brazos al lancear con tersas verónicas y chicuelinas, Uriel dejó ver que aspiraba a más aunque había desorejado a su anterior astado; cuajó un extraordinario tercio de rehiletes por su brevedad y precisión, clavando al relance un par al quiebro, seguido del Par Monumental y cerrando con uno al violín todo en corto terreno y en cuestión de segundos, cayendo los sombreros a la arena y bajo atronadoras ovaciones que agradeció recorriendo el redondel.

Dos pases cambiados por la espalda mantuvieron al público expectante que coreaba con fuerza las series de gran temple y largueza, así como los muletazos en redondo, en los que el toro seguía el engaño con emotividad y buen estilo; aunque no lo probó por el izquierdo y se fue yendo a tablas, el diestro se emborrachó de torear y cuando decidido montó la espada, arreció la petición de indulto que se concedió, regresando "Sanjuanero" al toril tras lo cual El Zapata dio la vuelta acompañado del ganadero.

Con el tercero vimos a Uriel bien con el capote incluso después del breve castigo, instrumentó zapopinas que anteriormente no le habiamos visto; lució con los palitroques recibiendo la aclamación del cónclave. Con un imposible y la vitolina inició esta faena de series muy templadas sobre ambas manos, pero cuando toreaba al natural el morito se empezó a rajar optando Uriel por adornarse con muletazos variados y un desplante de influencia cavacista. El pinchazo antes de la estocada delantera y caída no impidió que salieran los pañuelos en demanda de un apéndice que se le entregó; ante la insistencia de la gente e indebidamente de la cuadrilla le soltaron absurdamente otro auricular y se ordenó arratre lento exagerado para el toro.

Su primero fue soso y apenas cumplió en varas, el tlaxcalteca pareó con poco acierto y en una labor sin agobio, le dio su tiempo al toro en los circulares limpios por ambos lados; después de pinchar colocó estocada caída para escuhar palmas tras leve petición.

El Capea lanceó aceptablemente al segundo después de fijarlo, recibió poco castigo llegando con la cara arriba al tercio final; Pedro lo consintió y su labor fue levantando presión entusiasmando a los asistentes que lo llamaron a saludar después que terminó de un pinchazo y media lagartijera.

El cuarto tuvo más cara que sus hermanos y menos fuerza, de tal manera que poco se vio de capa; ya con la escarlata el salmantino tuvo que esperarlo mucho para extraerle más muletazos de los que parecía tener, en una destacada labor que acorrientó soltando la muleta y echó a perder con los aceros retirándose en silencio.

Tras el alboroto de El Zapata, Pedro salió más decidido en el sexto recibiéndolo con largas cambiadas de rodillas; el toro terminó aplomado y el torero con tesón en una labor infructuosa de la que solamente terminó escuchando palmas.

Abrió el festejo el rejoneador Emiliano Gamero que lució su buena cuadra ante un distraído toro de San Marcos. Realizó una labor de altibajos sobre todo porque dejó en repetidas ocasiones que golperan a sus jacas; bien clavó banderillas y la rosa celebrando con exageración sus aciertos; dejó medio rejón en el pulmón provocando hemorragia que impresionó a los feriantes y pidieron la oreja, misma que le otorgaron sin demasiados merecimientos.

Ficha
Puebla, Pue.- Plaza "El Relicario". Segunda corrida de feria. Casi tres cuartos de entrada en tarde agradable. Un toro de San Marcos para rejones, justo en presentación y deslucido, y seis de Campo Real, bien presentados y de juego desigual, de los que destacó el 5o. que fue indultado. Pesos: 440, 534, 485, 528, 550, 492 y 492 kilos. El rejoneador Emiliano Gamero: Oreja. Uriel Moreno "El Zapata" (canela y blanco): Palmas tras petición, dos orejas e indulto. Pedro Gutiérrez "El Capea" (verde olivo y oro): Palmas, silencio y palmas. El toro indultado se llama "Sanjuanero", número 378, cárdeno oscuro, con 492 kilos. Al final del festejo El Zapata salió a hombros en compañía del ganadero Juan Ignacio García Gómez.

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