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Manzanares, artístico y profundo en Valencia (video)

Jueves, 17 Mar 2011    México, D.F.    Redacción | Foto: Sergio Hidalgo          
El alicantino bordó el toreo y se dejó la puerta grande en la punta de la espada
Una espada de doble filo traicionó un triunfo clamoroso de Jose Mari Manzanares, que esta tarde en la plaza de Valencia tuvo una brillante actuación, tocada de profundidad, y buen toreo, en un festejo donde Morante dejó pinceladas de su inigualable tauromaquia, mientras que Daniel Luque no se quedó atrás y también deletreó el toreo en diversos pasajes de sus dos toros, sobre todo con el capote.

Porque si al primer toro de su lote Manzanares lo partió en dos con una estocada modélica, tras hacerle una faena enfibrada y con magnífico concepto, al quinto intentó matarlo recibiendo, que no es lo suyo, y fue ahí donde se dejó, en la punta del acero, dos orejas de mucho peso.

Pero al margen del tema de los trofeos que no consiguió, pues tan sólo le concedieron una oreja de ley de su primer ejemplar, lo más importante de esta actuación de Jose Mari fue que demostró que tantos meses inactivo, debido a la lesión de la mano izquierda de la que fue operado varias veces, no redujo ni un ápice su ascensión torera.

Y lo mejor: a ese quinto toro lo fue haciendo poco a poco hasta que el de Núñez del Cuvillo terminó entregandose a la par que el torero alicantino sacó del alma el toreo que trasciende; el toreo despacioso, realizado en un palmo de terreno con seguridad, temple y mando. Y así bordó naturales de auténtico cartel, rematados por detrás de la cadera y sintiendo todo cuanto hacía.

La gente rompió a aplaudir convencidad de que Manzanares se encontraba en estado de gracia, y la emoción creció en gran medida con esa profundidad de un toreo tan clásico como moderno, a la vez. Lo malo fue aquello de intentar matar al toro en la suerte de recibir, pues lo cierto es que quizá no tenía el fuelle necesario para facilitar una suerte que antaño era la más frecuente en el siglo XVIII, antes de que don Joaquín Rodríguez "Costillares" inventara el volapié.

La corrida mantuvo el interés del público desde el primero momento, pues los tres toreros del cartel atesoran calidad y una expresión artística que bebe en la misma fuente del arte. En este sentido, cabe decir que Morante hizo más de cuatro cosas al primer toro, al que dio muletazos de un trazo y una torería como pocos, con ese sabor antiguo y asolerado que tanto gusta.

Fue una pena que el toro no rematara más sus embestidas, pues aquello pintaba para algo más grande. Siempre que el de la Puebla está sobre la arena, se percibe en el ambiente una magia especial. Las verónicas de recibo y la media con la que remató el quite por chicuelinas fue un portento de calidad.

En el cuarto no lo vio claro, porque el toro no valía nada, y abrevió de cualquier manera. Lo hecho, hecho estaba ya. Así son los artistas de su talla. Y si hoy no salió a hombros, como en sus recientes corridas de Vistalegre y Olivenza, a nadie le importó porque sus seguidores se guían, precisamente, por la huella que deja su toreo.

Daniel Luque se afanó en estar a la altura de sus consumados alternantes, y también dijo "Aquí estoy yo" en dos faena macizas, de ideas claras, en las que se pudo advertir aquella facilidad que deslumbró en México a los profesionales cuando vino aquí con trece añitos a abrirse camino como novillero.

Si en el tercer toro estuvo más asentado, y toreó bellamente a la verónica, en el sexto se vio obligado a arrear; pero lo hizo toreando bien, que es como deben arrear los toreros jóvenes que quieren emular a los maestros. A base de colocación, valor y temple, metio en vereda al toro colorado que cerró plaza, y como mató de media estocada en buen sitio, y estuvo a un tris de cortar una oreja que valía toro, en este tarde, y en este cartel. No pasa nada, el de Gerena siga adelante.

Resumen de video de Digital Plus

Ficha
Valencia, España.- Quinta corrida y sexto festejo de la Feria de Fallas. Lleno en tarde fresca. Toros de Núñez del Cuvillo, disparejos en hechuras y presentación; de variado comportamiento, aunque sin fondo de bravura en su conjunto, de los que sobresalió el 5o. por su calidad. Pesos: 520, 523, 528, 503, 555 y 531 kilos. Morante de la Puebla (grosella y oro): Ovación y pitos. José Mari Manzanares (azul añil y oro): Oreja y ovación. Daniel Luque (corinto y oro): Palmas y ovación. Destacó Chocolate en varas, de la cuadrilla de Manzanares.


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