Fernando Ochoa cortó dos orejas y salió a hombros de la Monumental de Morelia en el marco de la alternativa de Alejandro Corona, que no tuvo suerte, y de una sólida actuación, aunque sin tocar pelo, por parte de Pablo Hermoso de Mendoza.

Una estupenda labor fue la que redondeó Fernando con el segundo ejemplar de su lote, que a la postre sería lo más destacado de toda la tarde moreliana. Ahi quedarán los soberbios lances de recibo capotero, recreándose en el toreo a la verónica.

Con la franela bordó el toreo en muletazos tan largos como templados, primero por derecha y después también con la zurda, relajándose y dejando fluir el sentimiento, mientras que el público se le entregó. Lástima que el toro, que tenía clase en las embestidas, vino un poco a menos y no permitió una faena de intensa duración.

Decidido, Ochoa se fue tras la espada y consiguió un estoconazo hasta las cintas, mismo que tuvo rápidos efector y permitió que las dos orejas le fueran entregadas a michoacano, que jubiloso dio la vuelta al ruedo. ante el reconocimiento popular.

Complicado fue su primer toro, pero pudo dejar algunos destellos de buen acabado con la muleta, luego de que fuera imposible acomodarse con el percal ante los arreones que pegaba el ejemplar.

Pablo Hermoso de Mendoza se encontró con un toro que poco se prestó para el lucimiento, pero con el que se mostró insistente y, con base en su maestría y perfecto conocimiento de los terrenos y las distancias, logró momentos que provocaron la emoción en el tendido, sobre todo al clavar banderillas, aunque sin ser una labor consistente dada la mansedumbre del ejemplar,

Luego de una certera ejecución con el rejón de muerte, el palco de la autoridad desatendió la petición mayoritaria de oreja, pero en cambio recibió una sonora ovación con todo el cariño y admiración del respetable moreliano.

Con una estupenda actitud salió ante su segundo, pues quería triunfar a toda costa y, de no haber fallado con el rejón de muerte y la espada corta de descabellar, lo hubiera conseguido con fuerza. El estellés toreó de forma soberbia a este ejemplar y lució colocando certeramente los rejones y banderillas.

Punto importante de su labor fue con las rosas, colocando tres de éstas en inmejorable sitio y cabalgando alrededor del toro, adornándose magistralmente y haciendo gala de lo gran jinete que es y el sitio que atesora.

Alejandro Corona no tuvo suerte delante del toro de su alternativa, ya que el ejemplar fue complicado y se ponía por delante. Tesonero estuvo el michoacano e, incluso, se llevó una voltereta, afortunadamente sin mayores consecuencias. Tardó en matar y escuchó un aviso

El toricantano toreó al segundo de su lote estupendamente a la verónica y, posteriormente, en un quitazo por chicuelinas. Su faena fue interesante y consiguió pasajes excelentes, toreando con temple y calidad. Lo que pudo ser una oreja quedó en palmas, pues no estuvo certero con la toledana.