Enrique Ponce saborea todavía el gran triunfo conseguido ayer en Quito, donde cortó un rabo en la segunda corrida de la Feria Jesús del Gran Poder, y es consciente de la importancia de este éxito, acrecentada por el hecho de que no se cortaba un rabo en esta plaza desde 1979, cuando lo logró otro torero español, El Niño de la Capea.
 
“Hace 31 años que no se cortaba un rabo en Quito, eso lo dice todo. He tenido grandes tardes en esta plaza como demuestra el hecho de que tengo tres trofeos Jesús del Gran Poder, he indultado dos toros, por lo que había cortado rabos simbólicos, pero nunca había cortado el rabo a uno matándolo. Es bonito formar parte de la historia de esta plaza gracias a este triunfo”, comentó el valenciano.

Enrique explica los pormenores de su obra:
 
“Ha sido una faena importante porque el toro no fue fácil. Hubo que hacerlo, porque al principio era reservón. Le di unos tiempos muy buenos y unos toques precisos, llevándolo tapado. En cada muletazo había una entrega total, llegué a abandonarme por completo. Fue una faena que siempre fue a más, disfruté mucho”.
 
Situada en el conjunto de la temporada, para Ponce esta faena es “de las importantes de verdad, de esas en las que te sientes a gusto y sueñas el toreo”.
 
En cuanto al indulto, Ponce tiene su opinión personal:
 
“Se pidió el indulto, algo que aquí es frecuente. Cuando hay una faena grande, el público de esta plaza quiere perdonarle la vida al toro. Al final el toro se rajó, no era de indulto, pero uno, como torero, tiene que atender a esa petición y darle una oportunidad al animal”.
 
Enrique Ponce actuará mañana jueves de nuevo en la plaza de Quito, en un festival y el próximo domingo repite en Lima, Perú, donde el pasado día 28 consiguió cortar una oreja. Este día, participó en una conferencia organizada por el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida.

Acompaña a esta nota el resumen en video de esta segunda tarde de la Feria de Quito, producido por elcomercio.com.