Rafael Ortega indultó al quinto toro de la noche durante la corrida celebrada en la plaza "El Relicario" de Puebla, donde el tlaxcalteca calentó al público con una lidia completa, mientras que Zotoluco desorejó a un toro de regalo y Alberto Espinoza malogró sus faenas con la espada.

Habían transcurrido cuatro toros y aunque hubo una oreja precisamente en el cuarto de la función, el público no estaba tan entusiasmado como ocurrió durante la lidia del quinto, al que el ganadero tenía mucha fe desde antes del festejo pronosticando que sería de rabo.
 
De bonitas hechuras y salinero bragado, fue éste astado para Rafael que lanceó bien; en el único puyazo el burel perdió las manos y no empujó demasiado, no obstante el clamor empezó a levantar presión  desde el segundo tercio, donde el de Apizaco fue prendido en tablas al intentar un par de cortas, saliendo con fuertes golpes y un puntazo.
 
La gente conmovida le coreó con fuerza todo, las buenas series con la derecha y otros pasajes de menor esencia; entre gritos de ¡ torero, torero ! buscó la igualada, interponiéndose el pañuelo del juez que concedió el indulto, así el torero dio la vuelta invitando al ganadero.
 
En su primero lució con los palos, y sentado en el estribo dio principio una labor que desmereció, por ese afán de sujetarse a los cuartos traseros y girar apresuradamente; no faltaron los desplantes para terminar de pinchazo y bajonazo, sin embargo escuchó palmas.
 
El corrido en cuarto lugar fue anovillado, y recibido por Zotoluco con largas de rodillas antes de lances sueltos; en dos ocasiones el animal clavó los pitones en la arena mermando sus facultades, de ahí que terminara sin recorrido, una estocada de efecto rápido fue lo que redituó al torero una oreja que paseó entre protestas.
 
Abrió plaza un toro zancudo montado de cuerna, empujó en un prolongado puyazo que no fue suficiente; llegó a la muleta con genio y cuando esperábamos el poderío del diestro ocurrió lo contrario pues pasó momentos de apuro, tras un pinchazo hondo y caído terminó en silencio. 
 
Regaló uno con el que estuvo voluntarioso, en una labor diseminada por varios sectores del ruedo; en pocas series hubo conjunción, pero la suplió con un desplante de rodillas y estocada efectiva, para una oreja de poco peso a la que siguió otra inmerecida, igual que el arrastre lento para el bovino.
 
Muy torero ha estado toda la noche Alberto "El Cuate" Espinoza con el peor lote, a su primero le ejecutó una faena de calidad toreando vertical y con temple, plasmando un muletazo desdeñoso al rematar por abajo, que fue para nuestro gusto el mejor momento de la noche; pinchó antes de un espadazo caído, sin embargo las palmas sonaron fuerte en sus honor.
 
Estuvo tesonero con el sexto que se rajó, a base de insistir logró muletazos de mucho empaque ante un astado que reculaba, falló con la espada inclusive le sonaron un aviso, y después las palmas de reconocimiento.