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Los toros de Dosgutiérrez destacan en Manizales

Domingo, 04 Ene 2009    Manizales, Colombia    Paulo Sanchez / Especial         
Moura, fracturado

La temporada taurina número 54 de Manizales comenzó esta tarde con la corrida de rejones. Lo habitual en la temporada era la apertura con la novillada. Sin embargo, la empresa ha querido llamar la atención de la afición de Manizales desde el primer día de feria con una corrida de tradicional buena acogida en esta plaza.

Un encierro de la ganadería Dosgutiérrez del cual se destaca la buena presentación en el tipo de este encaste Murube-Santacoloma, de buen juego en términos generales con excepción del cuarto, parado y de menos trapío y menor peso de la corrida y que le correspondió al rejoneador colombiano Willy Rodríguez, que hizo su debut en Manizales con poca fortuna.

Clara falta de oficio con innecesarias prolongaciones de cada tercio y evidente falta de dominio de su cuadra de caballos lo que no le permitió llevar toreado a ninguno de los dos toros que le correspondieron. Sólo la ejecución del violín que en dos ocasiones, una en cada toro, lograron la emoción de los tendidos y el reconocimiento general, más una cuarta banderilla larga en los medios cuarteando la embestida del toro que se arrancaba con bravura.

Pero estuvo mal con el rejón de muerte lo que obligó a dejar entrar en acción del sobresaliente, quién después de tres intentos logró que el toro se derrumbara después de escuchar un aviso.

En el segundo toro de su lote muy motivado el rejoneador luego del aplaudido violín, pero poco para decir de una pobre faena con un toro parado. Sin variedad, solo ganas. Vino la aparición bochornosa de nuevo del sobresaliente, Donoso Herrera, que dejó claro su bajo nivel taurino. Sin recursos ni siquiera para defenderse de las arremetidas del toro herido de muerte, escuchó tres avisos y la bronca general de la gente, que también se tuvo que tragar el rejoneador en turno. 

Joao Moura llegó a Manizales arrastrando una lesión que lo incomodó durante toda la lidia del segundo toro de la tarde y único que le correspondió, pues el ortopedista de la plaza de toros Julio Samper, dictaminó fractura del quinto metacarpiano de la mano derecha. Y es que Moura llegó a la plaza infiltrado por otro médico, que le bloqueó el nervio lo que no le permitía tener mucha aprehensión en la mano.

Esto se hizo evidente cuando dejó caer dos de los rejones de castigo con solo sujetarlos para citar al toro. Desafortunadamente esa lesión que se agravó tras estoquear al toro, le impidió salir para su segundo toro, quinto de la corrida. Lo que logramos ver de Moura fue torería, mucha calidad y temple, características de su arte.

El rejoneador portugués entendió que los toros que de salida no tenían tanta movilidad despertarían con los rejones de castigo, pronto y sin vacilación colocó los tres rejones para luego extender equilibradamente lo mejor de la tarde, tres quiebros muy toreros, exponiendo, pero sin dejar tocar la cabalgadura, aguantando la embestida y clavando cada banderilla al estribo. Colocó el rejón de muerte con dificultad y pinchó; luego dejó media estocada contraria y ligeramente desprendida que provocó una fuerte petición de oreja que el palco no concedió. ¡Bien, Manizales no es Cali!.

Del colombiano Jorge Enrique Piraquive solo vale decir que no llevó templado a sus toros casi en ningún momento, expuso innecesariamente los caballos y los dejó atropellar. Mucho ir y venir sin temple, sin gracia siquiera. Muy pobre la ejecución y colocación de las banderillas en su primer toro. Mateó de pinchazo hondo y trasero y luego una estocada un poco desprendida.

En su segundo toro, quinto del festejo, no hubo temple pero sí buena movilidad al recibir al toro y expuso de más en la faena antes de colocar rejón eficaz que le valió el corte de una oreja solicitada con fuerza por el público, la única concedida en el festejo.

La tarde cerró con un feo espectáculo de toreo por colleras al toro que hubiera correspondido a Joao Moura y que desafortunadamente puso en evidencia la falta de calidad de los dos caballeros en plaza.

Debieron ser asistidos en ocasiones por los subalternos ante lo caótica que resultó  la presencia de los dos rejoneadores en una irregular disputa de terrenos y de intervenciones. Piraquive dejó atropellar su cabalgadura, fu derribado y en la huida cayó de mala manera al callejón, de donde volvió enrabietado para clavar banderillas de cualquier manera, en una lidia muy desordenada que manchó el final de festejo.

Ficha
Primer festejo de feria. Tres cuartos de entrada. 6 Toros de Dosgutiérrez, con casta y movilidad, con excepción del 4°, aplaudidos casi todos en el arrastre. Willy Rodríguez: Silencio tras aviso y silencio tras tres avisos, confundido con bronca al sobresaliente que no pudo dar muerte al toro.  Joao Moura: Vuelta al ruedo en el único toro que lidió debido a la fractura del quinto metacarpiano de la mano derecha. Jorge Enrique Piraquive: Palmas y oreja. El sexto lo lidiaron por colleras Rodríguez-Piraquive: Silencio.


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