En la fecha tradicional para la fiesta taurina en Zacatecas conmemorando el Bicentenario y ante una plaza llena en tarde calurosa con ràfagas de viento los tres toreros entusiasmaron y ofrecieron sus respectivas tauromaquias acorde a las condiciones de los toros de Marrón.
Recibiá la alternativa el torero de casa, Antonio Romero, quien se convirtió en el triunfador del festejo, y no desaprovechó la suerte de haberse llevado en el sorteo el mejor lote del encierro. El zacatecano firmó olabores completas de capote, banderillas, muleta y, ademá, mató bien para llevarse las orejas del toro del doctorado y una más en el que cerrò el festejo, lo que supuso un triunfo redondo en el día más importante de su carrera.
Eulalio López "Zotoluco" estuvo en maestro delante de sus dos toros, y quizá la gente no aquilató por completo las dos faenas realizadas por el torero de Azcapotzalco. A su primero le sacó pases de mucho mérito. Sin embargo, el toro no murió con la estocada y la gente se enfrió al final de la lidia.
A su segundo había que consentirlo mucho, y Eulalio lo entendió muy bien, le dio su tiempo y mató de estocada completa para cortar una oreja con petición de otra que no fue concedida.
Rafael Ortega nada pudo hacer con su primero, salvo estar delante con entrega y determinación, pues el toro fue descastado y sin mayor trasmisión. La gente lo esperó en todo momento y agradeció su entrega.
El quinto permitió ver a un Ortega muy entregado en todos los tercios de la lidia. Toreó muy bien a la verónica; clavó banderillas con emoción, destacando un par de cortas y un par al violín. Posteriormente, realizó una faena de muleta que vino a menos porque el toro se apago pronto, pero aún así, el tlaxcalteca toreó muy bien con ambas manos. Mató de una estocada enter y cosechó una oreja con petición de una más que el juez no otorgó.
Al final del festejo Antonio Romero salió a hombros, y demostró que es un matador joven a tomar en cuenta, pues atesora una gran vocación.