Con la misma seguridad que la vez anterior, el mexicano Juan Pablo Sánchez volvió a triunfar en Las Ventas de Madrid, donde se mostró solvente y decidido ante tres novillos de distinta condición, a los que dio la lidia que pedían y, terminó cortándole una oreja al cuarto, la segunda que obtiene en su carrera en la primera plaza del mundo.

Aquella vieja premisa de que "hay que asegundar" se cumplió al pie de la letra, y el hidrocálido demostró que su paso hacia la alternativa es producto de un aprendizaje dedicado, y la evolución de su toreo.

Quizá la mayor virtud de este triunfo sea el haber toreado como lo siente, reponiéndose sobre los talones en cada una de las series, dejarle siempre la muleta puesta por delante a sus novillos y asentando las zapatillas sobre la arena.

Y es que los dos trasteos tuvieron su miga. El primero fue de entrega abstoluta ante un novillo incierto, que fue violento en el peto y miraba al toreo por el pitón izquierdo. Pero a base de taparle la cara y llevarlo embebido en los vuelos, Juan Pablo lo metió en vereda en series macizas, rematadas con largos y sentidos pases de pecho.

A la hora de matar colocó una estocada un tanto contraria, lo que obligó a que el novillo se amorcillara y requirió de un golpe de descabello para escuchar la primera ovación de la noche, recogida serenamente en el tercio.

Sabedor de que era preciso arrear un poco más, Sánchez se mentalizó ante el cuarto, después de haber matado al segundo (mediante tres pinchazos y una estocada), tras la cornada sufrida por su compañero, Damián Castaño, que había firmado pasajes muy toreros con otro novillo de buena condición, como fue el segundo de la tarde.

El cuarto, que era armonioso de hechuras, y se rebozó mucho desde su salida, le permitió a Juan Pablo torear con largueza y emotividad, aguantando en los medios aquellas buenas embestidas a las que había que hacer bien las cosas. Y así, poco a poco, consiguió redondos largos y templados, en medio de la expectación de un público que le alentó en todo momento.

Por el pitón izquierdo el novillo no tenía la misma nobleza. No obstante, el hidrocálido lo probó en una seria que no tuvo demasiado relieve, así que volvió a la mano derecha para recobrar el hilo conductor de una faena que remató de unas manoletinas antes de matar con eficacia.

El público vio con buenos ojos la actuación del mexicano y sacó sus pañuelos para pedirle la oreja que fue concedida, y Juan Pablo dio la vuelta al ruedo con una sonrisa en los labios. No era para menos.

En el sexto, un novillo deslucido que salía suelto de la muleta, intentó hacerle bien las cosas pero no había forma de obligarlo a humillar. Lo más sobresaliente lo consiguió con la espada, pues lo tumbó de una estocada en lo alto y escuchó una ovación.

Damián Castaño aprovechó las buenas condiciones del segundo, que tenía recorrido y nobleza, en una faena interesante, con series redondas, en las que el salmantino toreó con largueza y gusto. Destacó su forma de andar por el ruedo, y la forma en que se quedó quieto para correr la mano a placer.

A la hora de entrar a matar se echó encima y fue empitonado y volteado de fea manera en dos ocasiones, casi de forma similar, de las que sacó una cornada en el muslo derecho y fue conducido a la enfermería.

Al final del festejo, por la megafonía de la plaza, se informó que el jurado designó a Juan Pablo Sánchez como triunfador del certamen, ganando así un puesto en la Feria de Otoño que no podrá ocupar, ya que tomará la alternativa antes, el próximo 18 de septiembre en Nimes.

De cualquiera manera, Juan Pablo pasa con nota alta por Madrid y pone en alto el nombre de México, consciente de que se ha ganado un doctorado a pulso, al lado de dos grandes figuras del toreo. Y esto, no ha hecho más que empezar.

Galería fotográfica de la novillada de hoy en Las Ventas

Video de la cornada de Castaño y el triunfo de Juan Pablo