Qué gratificante saludar a los amigos taurinos, relajados, con la evidente disposición a saborear ampliamente otra tarde de toros. En las impecables instalaciones del lienzo charro "Zermeño Padilla" (su nombre en la actualidad), en su terrado se respira, además, un grato sabor. Ese ruedo colorado que parece un campo de los altos de jalisco es en verdad, muy torero.
Por lo mismo hay días que el sol da de frente. Y para el novillero de La Laguna, Juan Manuel Ibarra, hoy fue uno de esos días en que la fortuna decide premiarnos.
Así que, en el sorteo, personalmente cogió el papelito que al desenvolverlo estaba anotado el novillo número 17, del hierro alteño de San Pablo, propiedad del afortunado criador, don Leopoldo Martín del Campo, mejor conocido como "Paviche", de la dehesa de San Pablo.
Tercero en el orden de una novillada con varios hierros de correcta presentación, "Don Leonardo" (en honor a Leonardo Delgadillo, restaurantero y gran aficionado, promotor de este certamen), fue un ejemplar que metió muy bien la cara desde los primeros lances de recibo, que además fue pronto en varas. Ibarra le realizó un quite por tafalleras, y más tarde cubrió el segundo tercio con un par de cuarteos por el pitón derecho y un quiebro con banderillas cortas que logró bien colocar al segundo intento.
En el tercio de muerte, el de San Pablo embistió con nobleza, humillación, obediencia, claridad y amplio recorrido ¡Un ejemplar de consagración! con el que el lagunero tuvo la voluntad y la entrega para tratar de estar a la altura. El publico tomó partido por el extraordinario ejemplar, por lo que le exigió el indulto al palco de la autoridad, quien lo concedió a petición unánime de la gene.
El primero de la tarde, "Poco a poco" de nombre, del hierro también alteño de San Sebastián, que le correspondió al veterano novillero tapatío Paco Miramontes, le apretó en serio al torero desde los primeros compases de la lidia. Un poco tardo al caballo terminó por empujarle fuerte a David Vázquez, quien, por lo mismo, enérgico le pegó el puyazo con su característico estilo a lo "Brazo Fuerte".
Miramontes realizó un quite voluntarioso por chicuelinas, luego del fuerte castigo. Ya con la muleta el morito exigió una distancia corta, así que mientras "Poco a poco" (literal, además) se iba para arriba además del sitio que exigió el de San Sebastián, se lo pasaba cerca el torero aguantando la rapidez que tuvo el novillo para volver.
Miramontes conectó fuerte con los tendidos. Con la espada, mucho batalló el torero para colocar a un novillo que no se prestaba a la suerte final. El tapatío, incluso, se llevó un fuerte achuchón. Paco Miramontes cosechó una muy merecida ovación, a pesar de que sonara un aviso del palco. El de San Sebastián fue aplaudido en el arrastre.
El segundo de la tarde, bravo también, del hierro de San Lucas fue otro novillo correctamente presentado. El torero colombiano lo recibió de hinojos para llevarnos un tremendo susto, porque "Lucido", que así se llamaba, volvió sobre las manos con rapidez y a punto estuvo de provocar un serio percance.
Ya de pie, le jalearon fuerte una tercia de lances fundamentales. Mal colocaron al novillo en la suerte de varas para que al final derribara al piquero Álvaro Carrillo. Con la sarga, bien comenzó Joselito Castañeda por bajo. Aunque, dicho sea de paso, le faltó llevarlo "hasta allá", como recordamos que lo hacía el inmenso Manuel Capetillo. El colombiano no se amilanó, a pesar de que el novillo perdió recorrido y consiguió buenos pasajes.
Valiente el colombiano abrochó su labor con ceñidas manoletinas. Pinchó en el primer intento; luego colocó una estocada muy baja y, al final, una "rinconera" que le significó escuchar una sonora ovación.
El otro tapatío del cartel, Morales Ramos, no tuvo suerte en el sorteo, aunque si recibió con sabrosos y templados lances fundamentales con la quijada clavada en el pecho y las manos muy bajas.
"Aguacero", del hierro de Media Luna no acudió con prontitud al caballo, para que Morales intentara luego un quite por tafalleras, donde ya se notaba la falta de voluntad del morito por embestir.
Con la muleta tuvo muy poco recorrido. Para colmo quería acudir, insistentemente, a la querencia. Morales Ramos le buscó las vueltas, pero sólo pudo conseguir un feo achuchón. Pasó las de Caín para fijar el novillo para la muerte. Escuchó un aviso y fuertes palmas de reconocimiento por su labor. Este torero hay que verlo más tardes, ni duda cabe.
Para el próximo sábado 23, la empresa "Arre y Olé" anuncia, a las 17:00 horas, la tercera novillada del serial en la que actuarán para Andrés Origel, Luis Martínez, Cristóbal arenas "El Maletilla" (ojo con el hidalguense, quien fuera un avezado niño torero), y Ángel García, con un encierro aún por definir.