En ocasiones, el olé se escuchaba en el tendido, al compás del trazo ejecutado por el diestro y, en otro, el "uy" de la gente, anunciaba peligro.
Diego Sánchez, Luis David y Héctor Gutiérrez, lograron su cometido de dejar satisfecha a la afición que hizo una pobre entrada, en una noche cálida, pero apropiada para disfrutar y hacer el toreo.
Además, la corrida marcará un antes y un después de que Monterrey mandaba en la fiesta de los toros y era cuna de buenos toreros. Bueno, dejó de mandar desde hace mucho tiempo. Nunca la nueva generación de matadores regios se imaginó que tres hidrocálidos compartieran cartel y triunfaran, en su plaza y con su gente.
La Corrida de Las Luces en honor a la Virgen del Roble comenzó emotivamente con la tradicional procesión de toreros y cuadrillas con la imagen de la patrona de Monterrey a la luz de las velas. Luego, como gallos de pelea, los tres espadas oficiaron de acuerdo a las condiciones de los toros que les tocaron en suerte.
El primero de Diego, complicado, tuvo movilidad y recorrido al tiempo que transmitía peligro, pero el oficio del espigado diestro, que cuenta ya con diez años de alternativa, supo llevarlo en el engaño, en series por derechazos y una sola por naturales donde no fue claro en su embestida. Mató pronto y cortó la oreja. Paradójicamente, el toro fue premiado en el arrastre.
La de su segundo fue una faena que le permitió mostrarse y emplearse en el último tercio, al son de la "Pelea de Gallos", y escuchar los aplausos aprobatorios de la gente. Lástima que falló con la espada y se le fue la oreja.
Luis David, que venía de cuatro tardes triunfales en esta plaza, las últimas tres con salida a hombros, rozó otra vez el triunfo grande luego de haber cortado una valiosa oreja al primero de su lote.
Vistoso en los faroles de pie y hasta en siete lances a la verónica, Adame se recreó toreando al cornúpeta en tandas a media altura, combinando las series de naturales y derechazos muy templados y cuidando a su vez a la res para que no doblara. Mató al primer viaje, y se le concedió la oreja. El toro también recibió aplausos en el arrastre.
El quinto fue muy complicado. Estaba siempre con él acechando. En otras manos se hubiera transmitido más la angustia. De media estocada de efectos tardíos dobló, después de un aviso.
Finamente, Héctor Gutiérrez logró cortar su primera oreja en esta plaza ante el sexto de la función, un toro que se dejó meter mano por pitón izquierdo.
Al más joven en alternativa se le vio a gusto en los naturales, disfrutando y haciendo que el público se entregara. Para su buena fortuna sepultó una entera y pudo sumarse al triunfo de sus compañeros.
Su primer enemigo reculaba y le costaba ir al frente, pero Héctor estuvo siempre dispuesto.
Y ahora a esperar la cuarta corrida de la temporada que será el viernes 29 de agosto, en la semana del aniversario 88 de la plaza, en la que están anunciados el rejoneador Jorge Hernández Gárate, Fermín Rivera, Juan Fernando, Juan Pablo Sánchez, Paola San Román, Leo Valadez e Isaac Fonseca, con toros de San Pablo.