El empresario taurino
Juan Arturo "El Pollo" Torres Landa, constructor y artífice de la exitosa plaza de de toros de Provincia Juriquilla, falleció hoy a los 76 años tras librar una dura batalla contra una enfermedad hepática, que afrontó con un férrea voluntad y sin dejar de continuar con su magnífica obra como promotor de la Fiesta Brava.
Nacido el 8 de diciembre de 1946, en el seno de una numerosa familia de guanajuatenses, Juan Arturo Torres Landa García, mejor conocido como "El Pollo", se aficionó a los toros y fue amigo de toreros y ganaderos, con los que siempre mantuvo una complicidad fraternal, gracias a ese carisma y simpatía tan característica que fue uno de los rasgos más distintivos de su agradable forma de ser y su amplio don de gentes.
A mediados de los años ochenta, cuando la sociedad inmobiliaria de la que formaba parte con sus inseparables hermanos adquirió los terrenos de Provincia Juriquilla, al Pollo se le ocurrió la idea de construir a una plaza de toros, un hecho que, en un principio, no fue bien visto por la afición queretana que estaba muy acostumbrada a acudir a la plaza "Santa María".
Sin embargo, en poco tiempo, y con el afán de posicionar el desarrollo inmobiliario, levantó un sueño que, al cabo de los años, se ha convertido en un importante referente de la tauromaquia, que comenzó a crecer prácticamente desde sus inicios, cuando se dio a la tarea de organizar carteles muy atractivos con la presencia de figuras del toreo.
El paso del tiempo le dio la razón al Pollo, pues Juriquilla tuvo un auge exponencial que hoy día se ha convertido en una especia de ciudad satélite de Querétaro, con un auge inmobiliario impresionante que incluye cotos residenciales, universidades y comercios, que tiene una vida propia ahí donde la plaza de toros se mantiene como un baluarte para la Fiesta.
La inauguración de la plaza tuvo lugar 15 de septiembre de 1987, con un cartel compuesto por Curro Rivera, Miguel Espinosa "Armillita" y Paco Dóddoli, quienes lidiaron un encierro de la ganadería de Jesús Cabrera.
Sería complicado hacer un recuento de las corridas triunfales organizadas por El Pollo en todos estos años de intenso trabajo por la Fiesta. Sin embargo, sí se podría aseverar que todo cuanto hizo lo realizó con buen gusto, cariño sincero, y una pasión desmedida, siempre buscando como apoyar a quien así lo requiriera.
Además, la plaza se convirtió en un destacado centro recreativo y cultural, pues además de los festejos taurinos, se han ofrecido conciertos, espectáculos y hasta combates de boxeo. En este sentido, su prestigio ha sido ganado a pulso de organizar evento donde el público sabe que su comodidad es una garantía.
Ni siquiera ese tumor canceroso que obligó a un trasplante de hígado, le impidió al Pollo continuar con su obra, y seguir inculcando su afición a su hijo Juan Arturo, "El Pollito", al que le deja no sólo la plaza sino la encomienda de seguir sus pasos con el mismo amor por los toros que lo hicieron un ser humano tan especial.
Desde esa tarde a la más reciente, apenas celebrada el viernes 10 de febrero, la plaza de Juriquilla ha ofrecido infinidad de festejos, año tras año, siempre con la desmedida afición de un hombre que deja un legado trascendente en la ciudad de Querétaro, y también para la Fiesta de México.
Como no podía ser de otra manera, su cuerpo será velado en la misma plaza de Juriquilla a partir de las 14:00 horas de este jueves, y a las 17:00 horas se llevará a cabo una misa. Desde aquí enviamos nuestras más sentidas condolencias a su esposa Guadalupe Urquiza, así como a sus hijos María Luisa, Juan Arturo y Juan Andrés y demás familiares, además de amigos, que tuvo muchos. Descanse en paz, el inolvidable Pollo Torres Landa.