La reciente Feria de Zacatecas ha dejado interesantes reflexiones de cara al futuro, luego de que diversas circunstancias obligaron a la empresa a afrontar el compromiso con una estrategia distinta a la de años pasados, y en la que se puso en práctica un inesperado procedimiento "políticamente correcto" que dio buenos resultados.
Bien dicen los cubanos que "lo que sucede, conviene". De tal suerte que esta sabia frase enlaza con la exigencia que hicieron siete toreros zacatecanos en el mes de abril, para pedir una oportunidad. Este hecho fue el detonante de una serie de acciones diferentes.
Por principio de cuentas, la empresa no contrató a ningún torero extranjero, una decisión que sirvió para reducir el presupuesto de organización, pues resultaba evidente que varios de los matadores que han venido en los últimos años, no justificaron sus honorarios en la taquilla, que es donde cualquier empresario previsor debe de hace su balance financiero.
Paralelamente, se implementaron algunas promociones, como fue la de dejar entrar sin costo a las mujeres a la corrida del 15 de septiembre, y mantener la entrada gratuita para los niños menores de 12 años en todos los festejos.
Se promocionó la venta de boletos a plazos, sin intereses, con cargo a tarjetas de crédito, y se hicieron convenios con el gobierno y grandes empleadores para vender boletos y abonos con cargo a nómina a 12 meses. Y, por último, la buena suerte contribuyó para que no lloviera en las tardes de toros, otra circunstancia que favoreció la afluencia de público.
Si a todo ello sumamos lo equilibrado de los carteles, quedó demostrado que sí es posible ofrecer combinaciones atractivas con toreros mexicanos, de los que tres triunfaron con rotundidad, como fue el caso de Uriel Moreno "El Zapata", Joselito Adame y Sergio Flores, que salieron a hombros.
De las ganaderías reseñadas, la de Boquilla del Carmen y Pozo Hondo aprobaron el "examen" con creces, así que podrían ser consideradas para el año entrante. Y también se podría incluir a otras que hace tiempo que no vienen, como es el caso de Santa Bárbara o San Fermín, amén de Santa Fe del Campo, que ha sido una de las divisas triunfadoras de ediciones recientes.
La promoción en publicidad y medios de comunicación también jugó un papel importante, además de la programación de una novillada, un festival de escuelas taurinas y diversos eventos de un ciclo cultural que se ha consolidado y representa un gran valor añadido al conjunto de la feria.
Visto lo visto, el panorama para el año 2020 está claro. La hoja de ruta ya está trazada. Ahora sólo será cuestión de hacer las adecuaciones pertinentes para seguir afinando los detalles, pues en ellos reside la calidad del espectáculo.