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Galdós sueña el toreo al pie del Chimborazo

Sábado, 21 Abr 2018    Riobamba, Ecuador    Santiago Aguilar | Foto: Andrea Acosta         
El peruano indultó un toro de Campo Bravo

La notable condición de un toro de Campo Bravo y la torería de Joaquín Galdós se conjuntaron en un memorable episodio taurino escenificado en el ruedo de la plaza "Raúl Dávalos", de Riobamba, Ecuador, en el marco de la segunda corrida de la Feria del Señor del Buen Suceso. 

Apenas apareció en el ruedo "Lagartijo" ya avisó de su condición de toro bravo desde su perfecta hechura, su emocionante acometividad y, claro está, la nobleza con que tomó los engaños en medio centenar de humilladas embestidas aprovechadas por el torero limeño que vivió una noche de ensueño al bordar el toreo al pie del Chimborazo.

Apenas se abrió de capote, Galdós dejo la planta quieta en seis estupendas verónicas rematadas con el recorte en los medios del redondel; a la hora del quite se envolvió con la tela rosa en un puñado de ceñidas chicuelinas cerrado con la alegoría de la serpentina.

Con la parroquia predispuesta, el torero inició su quehacer con la muleta llevándose pronto al toro hacia los medios para dibujar tres series de derechazos que tuvieron el mérito del temple y la virtud del trazo, que confirmaron los atributos de la res. En el mismo terreno tomó el engaño con la izquierda para deletrear el natural en profundas series con la mano baja, muy baja,  que desencadenaron el clamor popular.

Al promediar la faena el toreo con la diestra y la zurda se intercaló a través de precisos remates con lentos cambios de mano, pases de la firma y portentosas trincheras con la banda sonora de los sentidos olés que llegaron desde la grada.

La faena se cerró con el torero dejando el alma en cada pase y el personal de pie volcado al reclamo del indulto finalmente concedido. Los adornos finales sirvieron para conducir al gran "Lagartijo" a la puerta de chiqueros al tiempo que el palco extendía las dos orejas y el rabo como premio cabal a una obra inolvidable.

En el segundo de su lote, Galdós buscó puntuar otra vez; sin embargo, un deslucido oponente contrarió sus afanes.

El torero español José Garrido sorteó un lote complicado. Con su parado primero perseveró para extraer, uno a uno, muletazos aislados obtenidos con voluntad y paciencia finalmente apreciados por el público. Con el quinto bis, la cosa convaleció desde la larga cambiada inicial, las chicuelinas que dieron forma al quite y el toreo de máximas cercanías que le permitió conseguir una meritoria oreja.

El ecuatoriano Álvaro Samper apeló a su oficio ante un rival suelto que buscó las tablas desde que irrumpió en la arena; a partir de la paciencia surgieron derechazos de mérito que valieron la ovación final. Con el cuarto, el saludo con el capote tuvo compostura y con la tela roja su tarea bajó de tono como las prestaciones de su oponente.

Al término de la corrida se declaró triunfador de la feria a Joaquín Galdós que se marchó a hombros de la plaza arropado por el afecto de la afición que vivió una noche para el recuerdo.

Ficha

Riobamba, Ecuador.- Plaza "Raúl Dávalos". Tres cuartos de entrada. Seis toros de Campo Bravo, de correcta presentación e irregular comportamiento, y un sobrero de Santa Rosa, que fue corrido en 5o. Destacó por su bravura y nobleza el 3o., que fue indultado. Pesos: 485, 479, 455, 480, 428 y 469 kilos. Álvaro Samper (canela y oro): Ovación y silencio tras dos avisos. José Garrido (obispo y oro): Vuelta y oreja. Joaquín Galdós (sangre de toro y oro): Dos orejas y rabo simbólicos y ovación. Incidencias: El toro indultado se llama "Lagartijo", de Campo Bravo, número 3 y de 455 kilos.


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