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El Charro Cantor y los toros

Viernes, 26 Ene 2018    Morelia, Mich.    Quetzalcóatl Rodríguez | CC Tres Marías   
El actor y cantante mexicano apreciaba la Fiesta Brava
Jorge Negrete es uno de los máximos representantes de la cultura popular mexicana, cantante antes que actor, poseedor de un portentoso registro lírico de barítono, exportó dicha cultura a través de sus 45 películas, este aficionado a la tauromaquia, cuyo carisma y voz lo convirtieron en una de las estrellas más queridas del cine mexicano de los años 40 y recibido por multitudes cuando viajaba a otros países de habla hispana.

El tema taurino dentro de la filmografía del cantante no pasa desapercibido, allí aparece por caso, "Juan sin miedo", donde comparte créditos con el torero Juan Silveti y Armando Soto La Marina "El Chicote", Negrete interpreta el personaje "Juanito", que es hijo de Juan Silveti, aparecía con un aire juvenil y sin su característico bigote; en opinión del investigador Francisco Javier Millán: "El guión de la película es una excusa para ir dando entrada a las sucesivas actuaciones folklóricas entre escenas de acción arquetípicas, números de humor a cargo de El Chicote, y exhibiciones taurinas de la mano del diestro sin quitarse el sombro de charro en el ruedo (…) [el personaje "Juanito"] quiere ser como su progenitor, torero, charro ejemplar y patrón admirado por sus campesinos".

Negrete trabajó para algunos de los directores más importantes del cine nacional de la época, que abarcan desde René Cardona a Fernando de Fuentes, Julián Soler, Juan Bustillo Oro e incluso Luis Buñuel; forjaría, además, un modelo de macho latino que él mismo construyó a través de la comedia ranchera, equiparable a los que formaron las estrellas de Hollywood de los años 30 y 40, un machismo de "music hall" en su mítica cinta "Ay Jalisco, no te rajes", eso que Carlos Monsiváis opina y traduce como: "El machismo del personaje de Jorge Negrete no se concibe como brutalidad: más bien, indica una aspiración de refinamiento (…) se exalta a un símbolo funambulesco de la hombría".

El matador de toros y también actor Pepe Ortiz aparece como el tercero en discordia de la cinta "Seda, sangre y sol", triángulo amoroso que forma junto a Jorge Negrete y Gloria Marín a partir de un argumento de Ernesto M. Cortázar, para interpretar al personaje de José Molina “El Temerario”, Negrete se quita de nueva cuenta el bigote, con traje de luces encarna un personaje celoso y machista hasta la médula; tras retirarse de los ruedos, Rosario Gómez (Gloria Marín) se casa con El Temerario, que el día del enlace matrimonial reprocha a su esposa aceptar un regalo de bodas de Rodrigo Rangel (Pepe Ortíz), su antiguo novio y matador de toros como ellos; sin embargo, y respecto a la temática taurina de Negrete, Enrique Serna puntualiza: "Gran aficionado a los toros, Jorge tuvo mala suerte con los papeles de torero. En seda, sangre y sol, el otro drama taurino de su carrera, se fracturó una mano al ser revolcado por un toro, y ninguna de las dos películas gustó al público".

Negrete, junto al músico Manuel Esperón, hacenque la música de mariachi llegue a un punto máximo de estilización, combinan piezas de ambiente con grupos más apegados al estilo local, filmes, en su mayoría con desarrollo en el mexicano estado de Jalisco y que ha concentrado en su esencia todas las características altamente propias y preferibles: machismo, charros, mujeres y paisajes campiranos como ejes temáticos, ante unos espectadores que Marina Díaz López define como: "un público que disfruta de antemano la representación catártica, de una concepción del mundo, tan abstracta como emblemática, y por tanto, simbólica".

Con una España deprimida por el franquismo, Jorge Negrete llega a la capital española en lo que supuso un verdadero acontecimiento, una multitud entusiasmada, en su mayoría mujeres, impedían la llegada al andén del actor mexicano, posteriori, en lujosa estancia acompañado del "Trío Calaveras", se da tiempo de conceder algunas palabras al periodista Hernández Castanedo, ¿es usted aficionado a los toros? "Con pasión –es la rápida respuesta de Negrete– creo que la Fiesta es el espectáculo por antonomasia. No cabe más estética (…) se ve en el ruedo tan esplendorosamente el espíritu y la sangre brava de una raza. Algo incomparable".

Este ícono del cine mexicano, esposo en un tiempo de la diva y polémica María Félix, sacrificó en algún momento su carrera artística en aras de defender los intereses de sus compañeros de la Asociación Nacional de Actores; ¿ha toreado usted alguna vez? mis ilusiones toreras –responde– me las quitó una vaquilla retozona, jabonera y cornilarga, de la ganadería de Rancho Seco. Fue en una tienta: yo quise hacerme con la res y la res quiso hacerse un acerico con mi cuerpo.

Un Jorge Negrete que murió en la llamada época de oro del cine mexicano, pero que nació para las pantallas un mito hispanoamericano que todavía hoy, a tantos años de distancia, sigue cautivando.

Bibliografía:

Díaz López, Marina. "La comedia ranchera", en "A Cinémas Amérique latine", Universitaires du Mirail, No. 8, 2000.

Hernández Catanedo, F. "Negrete habla para El Ruedo", en El Ruedo, Semanario gráfico de los toros, año V, No. 207, Madrid, 10 de junio de 1948.

Millán, Francisco Javier. "Jorge Negrete, ser charro no basta", Impresora Marvel, León, 2011.

Monsiváis, Carlos. "El cine nacional", en Historia general de México", tomo II, el Colegio de México, 1976.

Serna, Enrique. "Jorge el bueno: la vida de Jorge Negrete", vol. I, Editorial Clío, 1993.


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