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Platerito, orfebre del sentimiento (fotos)

Martes, 15 Sep 2009    Zacatecas, Zac.    Juan Antonio de Labra           
Zacatecas tiene un torero

El festival de niños toreros fue un bálsamo a la cotidianeidad de las corridas de toros, y la espléndida tarde dio pie a un festejo tan original como atractivo, al que se dieron cita muchos niños que disfrutaron las distintas vertientes del toreo.

Desde el inicio a caballo a cargo del rejoneador Eduardo Rubí, pasando por los valerosos Forcados Juveniles de Escobedo, hasta desembocar en la rivalidad surgida entre Michelito Lagravere y Platerito, que dejaron entrever conceptos del toreo con estilos diferentes.

En medio de tanta algarabía, la única carita triste era la de Juan Pablo Llaguno, que llegó a la tierra de sus antepasados con una fisura de la muñeca derecha, una circunstancia que desfavoreció su actuación y sólo pudo matar, como pudo, y hasta con la zurda, al eral de Torrecilla corrido en segundo lugar.

Aún verde por su falta de rodaje, el joven rejoneador Eduardo Rubí demostró que sabe montar bien y una actitud digna a la hora de ir a la cara del eral que abrió plaza. Su cuadra de caballos aguantó con arrojo varias equivocaciones, y también le permitió, en distintos pasajes, templar con cadencia algunas embestidas del mejor eral de la tarde al que clavó varias banderillas en buen sitio.

Los Forcados Juveniles de Escobedo realizarón una excelente pega al primer intento, gracias al arrojo del forcado de cara, Esqueda, que nunca se soltó de los pitones no obstante que el becerro lo trajo a mal traer por el suelo. El rabillador también le echó tipo y hasta se dio el lujo de adornarse, tras el remate de la suerte, con el desplante del teléfono.

La nota del festejo la dio Ángel Giovani, al que apodan Platerito, un chamaco de rostro serio, buena planta de torero, y un sentimiento a flor de piel que raya en el súbito arrebato, aderezado con una expresión dotada de pellizco.

Este zacatecano se ha convertido en la gran esperanza del toreo del terruño, y desde hace algunos meses se fue a vivir a Aguascalientes para ingresar a la secundaria de Las Artes y El Toreo, pues su afán no es otro que ser torero.

Desde que se abrió de capa dejó entrever que lo suyo iba a ser de lío gordo, pues toreó cargando la suerte al verónica, remató con un vistoso recorte y, segundos después, realizó un acompasado quite por chicuelinas.

Y aunque el ejemplar que le tocó en suerte no ofrecía demasiadas posibilidades de triunfo, se colocó muy bien entre pase y pase hasta robarle muletazos desgarrados, con un estilo que caló hondo entre el público.

Cabe destacar la estructura que tuvo la faena, que discurrió por las dos manos, y finalizó con unas manoletinas mirando al tendido. Nada más. Luego se fue derecho tras de la espada y recetó una estocada eficaz que le puso en las manos el codiciado trofeo.

De momento no sabemos adónde llegará este orfebre del sentimiento, al que se la arrasaron los ojos durante el sentido brindis a sus padres, pero sí podemos intuir que vocación le sobra, y que, seguramente, buscará por todos los medios posibles sacar del fondo de su alma torera el volcán en erupción que lleva dentro.

Al sexto lo banderilleó cuadrando en la cara en tras pares por el pitón izquierdo, y después no desfalleció en el intento de hacer otra faena estructurada que fue premiado con un apéndice.

Recién llegado de Arles, donde salió a hombros por la puerta de "Los Cónsules", Michelito lidió tres erales, ninguno de los cuales se prestó al lucimiento. Pero esa falta de casta de los becerros no hizo decaer su ánimo, y demostró que tiene una gran conexión con el público.

Los detalles sueltos del torero yucateco tuvieron gracia y demostró que cada vez maneja el acero con más confianza, pues entra a herir sin liar la muleta y le tapa muy bien la cara a los becerros.

Michelito estuvo esforzado y trató de hacerle fiestas a los de Torrecilla,  al final los dos niños salieron a hombros de la Monumental de cantera rosa, mientras en los tendidos un puñado de nuevos aficionados había disfrutado de un espectáculos que viene a demostrar la majeza del toreo, un arte que no conoce de edades.

Ficha

Martes 15 de septiembre de 2009. Festival. Un tercio de plaza en tarde agradable. 7 erales de Torrecilla, disparejos en hechuras, y desiguales en juego. Destacó el 1o. por su calidad y fue premiado con vuelta al ruedo, al igual que el 4o., aunque éste de forma benévola. Pesos: 278, 280, 244, 315, 320, 248 y 283 kilos. El rejoneador Eduardo Rubí: Oreja. Juan Pablo Llaguno: Ovación en el único que mató. Michelito Lagravere: Oreja, silencio tras aviso y oreja en el que mató por Llaguno. Ángel Giovani "Platerito": Dos orejas y rabo y oreja. Al final del festejo Platerito y Michelito salieron a hombros. El ganadero Luis Bonilla dio dos vueltas al ruedo. Juan Pablo Llaguno toreó con una fisura en la muñeca derecha y se resintió al entrar a matar, motivo por el que ya no salió a lidiar a su segundo ejemplar.


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