En su reaparición de este día en San Martín de Valdeiglesias, Madrid, Diego Silveti cortó la primera oreja de su trayectoria como novillero, luego de hacer gala de personalidad y temple para entender a un novillo complicado
Después de su prometedor debut en Casavieja (Ávila), Diego Silveti ha afrontado con éxito su segundo compromiso en España. Esta tarde ha brillado con luz propia en la plaza de San Martín de Valdeiglesias,donde ha causado sensación por la quietud de su toreo, su sentido del temple y la gran personalidad que demuestra delante del toro.
En el primero de su lote ha toreado muy templado de capa y ha realizado un quite muy ceñido con el capote a la espalda. En la faena de muleta sobresalieron tres excelentes tandas de derechazos y una espléndida al natural. Mató de un pinchazo, media y descabello y, pese a ello, dio la vuelta al ruedo por la fuerte ovación que le dedicó el público.
Lo del segundo ha sido un auténtico alboroto. Primero volvió a torear bien con el capote, sobresaliendo un quite por chicuelitas. Y después, Silveti consiguió meter en la muleta a un animal mansito que se quería ir de la pelea. Supo encelarlo para torearlo con cadencia, quietud y despaciosidad.
Fue una faena para paladares exquisitos, de toreo muy relajado y un ritmo muy lento en la ejecución de las suertes. El público vivió esta labor con verdadero entusiasmo desde los tendidos. La prueba es que después de tres pinchazos, una estocada y un descabello, pidieron la oreja, trofeo que Diego Silveti finalmente paseó por el ruedo.
El resultado completo del festejo es el siguiente:
Novillos de Montalvo, manejables.
Juan Carlos Varela: Silencio y vuelta.
Pablo Lechuga, oreja y silencio.
Diego Silveti: vuelta y oreja.