La matadora michoacana Hilda Tenorio marcará historia al encerrarse con seis toros dentro de la corrida que enmarcará las fiestas de Tepotzotlán, en el Estado de México, una apuesta intensa en la que volverá a torear tras un año en el "hule" debido una grave lesión de rodilla.

Hilda lanzará una moneda al aire con esta encerrona, lo que representa casi casi un todo o nada. Y es que aunque la menudita moreliana lleva ya algunos meses entrenando para reaparecer, los contratos escasean y las oportunidades no se le han brindado fuera del circuito de aquellos que torean constantemente.

Ella, con una fidelidad a su vocación taurina, mantiene intactas las ilusiones y por ello no deja de trabajar todos los días, aunque en ocasiones los ánimos no estén por todo lo alto. Físicamente no se ha descuidado y ya se ha probado en el campo bravo en fechas recientes.

Si las cosas ruedan bien en esta histórica encerrona, y utilizamos este adjetivo porque ninguna mujer ha lidiado seis toros en solitario, nos parece que la carrera de la diestra michoacana puede tomar aire fresco y llegar a repuntar. De lo contrario, el tema puede ponerse todavía más cuesta arriba.

Es por ello que Hilda Tenorio deberá llevar una preparación especial y muy a conciencia a lo largo de este mes y medio. Sabemos que ya trabaja en ello y que incluso se encuentra "concentrada" en el estado de Tlaxcala, y así debe ser, ya que no será fácil reaparecer en una encerrona.

En este sentido, nos consta que Hilda es una profesional y no se descuida. Queda claro que dará lo mejor de sí misma para llegar bien preparada a un reto que puede resultar muy importante. La torera es consciente de ello y por tal motivo ha aceptado la invitación del entusiasta Pepe San Martín. 

Aunada a la natural falta de sitio, habrá que ver la forma en la que responde la rodilla en la exigente lidia de seis toros en un periodo corto de tiempo, ya que naturalmente tendrá que dar el máximo físicamente hablando. Pese a esto, la torera ha apostado fuerte.
 
Las opiniones son y pueden ser ciertamente divididas. Para algunos será una inconsciencia reaparecer en una encerrona, para otros no tendrá mucho sentido, y para algunos más es lanzar al aire una moneda en pos de un grito de atención, o bien un reto extraordinario.

Sin embargo, solamente Hilda sabe lo que pasa por su mente y por su corazón, y todo aquello que ha vivido durante los periodos de lesiones y la inactividad. La necesidad de torear se mantiene intacta y nadie puede arrebatarle sus sueños a una mujer que, dentro del ruedo, ha demostrado solvencia y capacidad.