La tarde de este domingo se ha desarrollado la tercera novillada de la temporada y el viejo coso sanmarqueño ha sido insuficiente para albergar a un público que aplaudió desde el paseíllo a los novilleros de la tierra, Diego Emilio, Nicolás Gutiérrez y José María Pastor; al final de la tarde, aunque no hubo corte de apéndices, se vivieron cosas muy interesantes. 

Con el primero de su lote, Diego Emilio ha tenido una actuación por demás interesante, para saludar a su enemigo y después de realizar una larga ejecutó verónicas con lentitud y un vistoso recorte al llevar al astado al caballo.

Ante las embestidas descompuestas mostró el empaque que aquilata, poco apoco fue ahormando las condiciones de su enemigo para en el terreno de los medios literalmente robar las series por el derecho, mismos que trascendieron a los tendidos. En esa misma geografía llegó el toreo al natural y con ello el ole con sentimiento.

Tras ejecutar importantes series por el izquierdo lamentablemente se presentaron los fallos con la espada por lo que se esfumó el trofeo y recogió sólo una cariñosa ovación.

Con el cuarto de la tarde Diego Emilio intentó lucir con el percal lamentablemente las condiciones del astado no lo permitieron. Tras un complicado segundo tercio la faena fue de mérito pues el astado exigió el carnet y la distancia precisa, al margen de la poca colaboración del astado se vieron algunos detalles. Con mucha determinación se fue tras el acero pero al no hacer efectos se retiró en silencio.

Nicolás Gutiérrez se ha presentado con lances pegado en tablas para luego en los medios ejecutar ceñidas chicuelinas, al recibir dos puyazos el novillo fue quitado por José María Pastor en ajustadas gaoneras.

Con la muleta, el popular Cubitas inició su faena en los medios para con el derecho ejecutar series de un gran calado en las que denoto el sitio y la experiencia, aunque probó por el lado izquierdo se dio cuenta que la potabilidad estaba en el pitón derecho por lo que siguió recreándose con gran calidad, después de fallar con el acero saludó una cariñosa ovación.

Por la casi nula colaboración del quinto de la tarde, Nicolás Gutiérrez no pudo lucir con el percal. La faena transcurrió entre los esfuerzos del novillero y la sosería del astado, ante esta situación tan desesperante el torero no pudo lucir ante su gente, al final fue cobijado por las palmas.

José María Pastor regresó a la "San Marcos" después de que en los dos ciclos anteriores ha obtenido sendos triunfos, para saludar al primero de su lote realizó tres largas pegado en tablas para luego irse a los medios y dibujar el lance fundamental del toreo, para terminar su labor con el capote realizó un vistoso quite por saltilleras. Cubrió el segundo tercio con mucha espectacularidad por lo que recogió las palmas de sus coterráneos.

Su labor con la muleta transcurrió entre la valentía y los deseos ya que de rodillas y en las tablas realizó los albores de su trasteo, en el terreno de los medios ejecutó el toreo derechista lamentablemente el novillo carecía de transmisión.

Ante los esfuerzos del chaval el reconocimiento del público, sobre todo cuando dimensionó toreros detalles. Al final y después de sepultar el acero con una gran determinación un buen sector del público asomó los pañuelos, ante la negativa dio una vuelta con algunas protestas.

Con una verdadera actitud de novillero, Pastor se puso de rodillas frente a la puerta de toriles para aguantar primero un parón y después las impetuosas embestidas del último de la tarde complementando su labor capotera con las chicuelinas. Nuevamente tomó los palos para cubrir el segundo tercio con mucha voluntad.

Ante la presencia de un frío y molesto viento el novillero de dinastía se fue a los medios para iniciar su faena por alto, acto seguido aparecieron las series por el pitón derecho y con ello la proyección a los tendidos, ante las buenas condiciones del astado poco apoco fue construyendo una faena llena de torería y emoción. Si bien ejecutó el toreo al natural los mejores pasajes llegaron por el lado derecho. Al final nuevamente llegaron los fallos con la espada y tan sólo las palmas.