La apertura del carnaval autlense 2016, de la mano de un encierro ejemplarmente presentado, nos ha brindado una tarde abundante en la emoción que brinda un toro hecho y derecho en el ruedo… y toreros dispuestos, cada uno de ellos fiel a sí mismo.

Puerta Grande envió sus toros, con edad, romana, serios por delante, y astifinos. Con tales argumentos, lo que ante ellos se desarrollara cobraba una importancia de la que, sólo algunas plazas pueden presumir.

Y la preciosa plaza de toros "Alberto Balderas" de Autlán de La Grana, si nos atenemos a lo que se ha lidiado en los últimos carnavales, se ha colocado entre ellas. Así como el gozo y la característica alegría de estas fechas, se hace presente en esta ciudad, también la categoría de una fiesta brava con todas las de la ley, como ya quisieran muchas otras aficiones del país.

Ante esas circunstancias disfrutamos otra gran actuación de Pablo Hermoso de Mendoza (con un par de toros de Los Encinos) pero también de una faena de altos vuelos del potosino Fermín Rivera frente al sexto de la tarde, y el duro trasteo de Arturo Macías con el quinto ejemplar en el orden, que desarrolló mucho sentido y con el que pasó fatigas.

Al final, Macías regaló uno de La Venta de Romero, sin la catadura de los toros del hierro titular, pero que valió para, con base en la proverbial entrega del aguascalentense, alborotar en serio los tendidos, y al que hizo falta mayor contundencia con la espada para haber tocado pelo.

Al de San Luis Potosí, el sexto le exigió sus credenciales de lidiador. Fermín aceptó el reto para,de entrada, fijar la embestida del colorado albardado con toreo de sometimiento por bajo, al que le siguió el de inteligencia. Basado en el temple, para con un valor a tope sin oropel ni cascabeles, quitar los iniciales amagos de resistirse a la tela, para engarzar los muletazos en series acordes a las condiciones de lidia que mostraba el imponente colorado.

Con la toledana no le faltaron las complejidades que concluyeron con una fea cogida que pudo ser de siniestra conclusión, pues el toro casi lo estrella contra las tablas, y fue ahí donde, una vez que estaba derribado, lo levantó para darle la cornada. La ovación fue recibida por su cuadrilla mientras Fermín era trasladado al quirófano.

El rejoneador navarro dio un recital con su buen ejemplar primero, que bien merecía el trofeo, pero que los fallos con el rejón de muerte se lo escamotearon. Y con el segundo, queen momentos se ponía por delante y que a ratos se terciaba, la faena de sabiduría, entrega y buen toreo fue bien redondeada en la suerte suprema, para llevarse una bien merecida oreja.

Macías terminó por alborotar el cotarro con el de regalo con esa conexión excepcional que posee, a pesar de no acertar al primer intento con el acero, la petición era fuerte; pero ante los fallos, se impuso el acierto del juez, Javier Medina. Sin embargo, dio el torero una vuelta con mayor importancia que el trofeo. Al despedirse el espada, el público lo detuvo para brindarle una cariñosa ovación.

Al momento de escribir esta crónica, aún no se sabía quién sustituye en el cartel de mañana al herido Sebastián Castella, acartelado con Eulalio López "Zotoluco" y Juan Pablo Sánchez, para lidiar toros de la ganadería de Begoña.