Espectro Taurino: Matices de la Fiesta
Sábado, 06 Feb 2016
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Opinión
La columna de los sábados
La Fiesta Brava está inmersa en matices diversos, como prácticamente cualquier actividad o situación de la vida, por lo que jamás hay algo completamente escrito y no podemos esperar siempre resultados buenos o malos, sino que la incertidumbre es parte constitutiva en su ejercicio.
Es verdad que la corrida del pasado domingo, y en concreto la actuación de José Tomás, terminó por decepcionar, dada la inmensa expectación que se generó desde el pasado mes de agosto, cuando la empresa del coso capitalino dio a conocer la contratación del maestro de Galapagar.
Si algo faltó, es realidad, pero la reacción de muchos "taurinos" (la mayoría que incluso no asistieron a la plaza) nos parece exagerada, dado que parte esencial del toreo es, y no debemos olvidarnos, el no saber nunca lo que puede pasar. Ahí radica el misterio de cada tarde de toros.
Y como bien se expresó en la mesa redonda "José Tomás o el silencio del mito", vivimos en un mundo de números y de resultados inmediatos, "efectista", como resumió el doctor José Cueli, que lo que quiere ver son orejas a granel y a toda costa, sin realmente analizar a detalle. ¡Qué fácil es "mentar madres" en la sociedad actual y qué difícil es profundizar!
Hoy en día, y en todos los temas de la vida, la superficialidad es avasalladora. Basta con sentarnos a revisar un rato las redes sociales y nos damos cuenta que el nivel del debate es bajo, por decirlo educadamente. Cada vez se lee menos en nuestras sociedades, por ejemplo, y eso se nota a leguas.
Pero regresando al tema, no estamos afirmado que la tarde tomasista no haya sido decepcionante, pues lo fue rotundamente, o que incluso el maestro no anduvo del todo a gusto y que la presión pudo afectarle. Pero creemos que, el que es buen taurino, sabe y es consciente que una tarde de gran expectación puede no dar los resultados esperados.
El que compra una entrada no compra triunfos necesariamente. Por supuesto que es comprensible la frustración de aquellos que recorrieron más y más kilómetros por venir a esta corrida, o los que pagaron miles de pesos (ojo, en reventa, porque en taquilla las entradas costaron incluso más baratas que para el resto de los festejos), pero finalmente aceptar todo aquello supone siempre un riesgo.
Y el toreo es tan mágico y misterioso porque, entre más aspectos de este entorno tan fascinante, nunca se sabe lo que puede acontecer, bueno o malo. Por ello, nos parecen fuera de lugar conceptos como "José Tomás se volvió humano", pues lógicamente siempre ha sido humano y, como tal, puede caer en el terreno de todas las posibilidades. El tema fue una mala tarde, como hay muchas en el toreo (quizá pocas con tanta expectación, eso sí), y no es el final de nada.
Lo que sí nos debe llevar a la reflexión es que hay ciertos aspectos que se deben pulir en la administración del torero. Y es que, estamos convencidos, José Tomás bien podría torear más corridas al año. Creemos sería positivo para él (aunque solamente él lo sabe).. y sobre todo para la Fiesta Brava, así como para sus seguidores, a quienes un artista se debe siempre.
Asimismo, y como se analizó en el evento referido, también valdría la pena que el maestro hablara un poco más, sin perder su concepto, evidentemente. Aunado a lo anterior, por supuesto que cualquier organización es perfectible y siempre habrá elementos por mejorar.
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