En el mismo tenor de sus actuaciones recientes, Octavio García “El Payo” volvió a mostrar una gran dimensión durante la cuarta corrida de feria en León, toreando con profundidad y transmitiendo al tendido esa madurez que ha alcanzado su concepto.

Los momentos de mayor emoción de la tarde se vivieron durante la lidia del primero de su lote, un toro que tuvo transmisión y al que inició muleteando por alto, sin enmendar el terreno. Antes con el capote no pudo lucir, sin embargo con la muleta, luego del emocionante inicio e intuyendo la calidad de esas primeras embestidas, se dio a torear llevando embebido al de Jaral de Peñas, rematando hacia adentro los muletazos, por ambos pitones, y rubricando las series con largos pases de pecho o un desdén que hizo rugir la plaza.

El toro amagó con rajarse y hubo algunos muletazos agarrándose de los cuartos traseros que fueron la única mácula en un trasteo serio y de profundo concepto. Con la gente entregada se fue tras la espada y dejó una estocada entera, culminación merecida a la faena y que hizo llegar a sus manos las dos orejas.

Recibió al que cerró plaza por verónicas e intercalando chicuelinas, haciendo albergar esperanzas de otro trasteo de gran nivel. El toro tuvo clase aunque le faltó brío, razón por la cual, a pesar de los buenos muletazos que logró el torero queretano, hizo que la faena no rozara las alturas de la anterior. Tras una estocada entera, la gente, que estuvo entregada toda la tarde a El Payo, pidió la oreja, aunque quizás por el entusiasmo no notó que el espadazo caló al toro.

Por encima de ello, es alentador que a la par de su evolución como torero, El Payo está en el ánimo de la gente, combinación que inevitablemente le debe llevar al lugar que seguro busca.

La otra faena de la tarde la realizó Alejandro Talavante al segundo, que mostró de salida condiciones tardas e indefinidas, permitiéndole al extremeño apenas esbozar una media con el capote. Apostándole a que el toro sacara un fondo de calidad, brindó a todo el público e inició por alto su faena de muleta, llevando al toro hacia los medios, sitio donde pegó una primera serie de derechazos de gran calidad. Por el izquierdo mantuvo el nivel e incluso realizó esa interpretación tan suya de la arrucina para dar el toque de variedad que siempre tienen sus faenas. Tras unas manoletinas poniéndose de verdad, dejó media estocada en buen sitio que le valió la petición de oreja, que fue concedida.

El quinto, falto de transmisión, dio una vuelta de campana apenas iniciado el último tercio. Destacó Talavante en el toreo al natural, aunque la condición del toro impidió que la faena rompiera, además que éste terminó rajándose. Culminó el extremeño de media estocada caída y un descabello para escuchar palmas.

Por su parte Zotoluco realizó una faena de mérito al que abrió plaza, un toro brusco y que tendía a recular antes de seguir las telas. Con oficio le sacó los pases de uno en uno, pisándole el terreno y aguantando las dudas del burel. Dejó una estocada algo desprendida y escuchó palmas.

En el cuarto salió con gran disposición, y mostrando raza, se puso de rodillas para pegar un par de largas cambiadas. Mismo procedimiento siguió para iniciar su faena de muleta, pasando por alto las embestidas pegado a tablas. El toro tuvo recorrido aunque había que pisarle el terreno, y ya mediado el trasteo se vino a menos y comenzó a llevar la cara a media altura, deslucido. Rubricó Zotoluco el trasteo con una estocada entera y algo caída, lo que le fue recriminado por cierto sector de la plaza, aunque sonaron más las palmas en su camino al burladero de matadores, sobre todo por la disposición que mostró para no quedarse atrás de sus alternantes.