La tarde de este sábado la emblemática plaza de toros Monumental de Aguascalientes abrió nuevamente sus puertas, ello con el objetivo de albergar la primera corrida de Calaveras 2015. Aunque al final de la tarde no hubo corte de orejas debido al poco juego que ofrecieron los astados de San Martín; sin duda se pudieron vivir momentos de mucho interés.

La actuación que hoy ha tenido Arturo Macías puede encerrarse en la palabra determinación, ya que de todos es conocido  el difícil proceso de rehabilitación que el diestro vino haciendo desde que aquella cornada en la capital hidalguense. Muchas fueron las horas en las que los dolorosos ejercicios acompañaron al hidrocálido; aun y con estos antecedentes,Macías se ha entregado ante sus paisanos.   

Con el primero de la tarde dimensionó estéticas verónicas de recibo y un ajustado quite por chicuelinas. En tanto que su faena estuvo confeccionada por el lado izquierdo ya que por el derecho e astado presentó complicaciones, por momentos y sin desesperarse por el poco juego de su enemigo logró trascender a los tendidos. Con una estocada eficaz saludó una cariñosa ovasión.

Con el cuarto de la tarde, Macías mostró nuevamente una gran determinación, dos largas pegado en tablas y las verónicas fueron el preámbulo para una faena en la que se puso de manifiesto el toreo que ha caracterizado a este torero, lamentablemente no estuvo acertado con el acero por lo que se limitó a escuchar palmas.

Al margen de las dificultades que presentaron sus dos toros, Juan Pablo Sánchez se ha enfrentado a un pequeño pero hostil sector del público que marcadamente lo ha molestado toda la tarde; sin embargo, su pundonor le ha permitido salir adelante.

Con el primero de su lote que a fuerza de ser sinceros carecía de presencia ha intentado agradar a los paisanos, lamentablemente no encontró la colaboración no obstante dibujó pasajes sueltos en el terreno de los medios.

Con el quinto de la tarde nuevamente escuchó los traumas de algunos aficionados, mismos que fueron acallados por una faena en la que hubo de torear a media altura y en la que aparecieron series de mucho temple. Poco a poco fue hilvanando tandas que le fueron coreadas desde las alturas, lamentablemente llegaron los fallos con el acero. Al final la cosecha se limitó a las palmas.

A un año de su alternativa, Fermín Espinosa se ha topado con un lote verdaderamente infumable sin embargo como un digno representante de tan importante dinastía; la voluntad ha estado por encima de todo.

Con el tercero de la tarde, Armillita IV trató de agradar tanto con el capote como con la muleta y aunque por momentos expuso el físico no hubo manera de trascender en el terruño.

Con el que cerró plaza, el menor de la dinastía Armilla dimensionó estéticas verónicas que fueron la antesala de un trasteo en el que el torero tuvo que hacer prácticamente todo, a pesar del peligro que presentó el astado el joven matador mostró una enorme voluntad.