Banners
Banners

Joselito y La México... un nuevo amor (video)

Domingo, 25 Oct 2015    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Sergio Hidalgo          
Joselito Adame cortó tres orejas y cautivó a la afición
Esa temporada de alejamiento no hizo sino acrecentar el mutuo interés que había entre ambos, quizá porque ya existían antecedentes de algunos sugestivos escarceos de años recientes. Porque ciertamente nunca fue amor a primera vista. Pero ahora sí, el flechazo fue definitivo. La llama del romance se encendió de una manera inusitada, explosiva, repleta de alegría y conmoción: Joselito Adame enamoró a La México con el corazón en la mano.

El triunfazo que consiguió el hidrocálido va más allá del corte de tres orejas (que debieron ser cuatro de no haber pinchado a su primer toro), pero lo más trascendente es que dejó huella. Y cuando un torero deja huella, el arte del toreo encuentra su cometido más trascendente.

¿Cómo fue que lo consiguió? Con humildad y sencillez; con capacidad y recursos; con cabeza y seguridad. En suma: con torería. Esa imagen de figura que proyectó hoy el hijo de la señora Estela, fue la consecuencia de una lucha sin cuartel; de un saber aguantar; saber esperar; preparase a conciencia y vencer los obstáculos. Joselito clama por ser martillo, tras haber sido yunque.

Y fue en lo más profundo de esa fragua donde hoy se revistió de hombría para resurgir con más intensidad que nunca, por si acaso todavía alguien lo dudaba. Estamos ante un torero cuña, que ya desde hace un par de años en Madrid se ganó el título de "capitán general de la nueva generación". Y es menester reconocerlo así.

José tuvo tal empatía con el público que fluyó sin cesar, y así cuajó una faena soberbia al tercer toro de la tarde, de Julián Hamdan, cuyas hechuras y ascendencia no falló, pues este ejemplar, hijo de un semental estrella (número 377) es hijo a su vez de un toro de Coquilla, número 19, y nieto, por parte de madre, de un toro 38, los dos con el hierro de San Martín, que esta tarde rindieron un sentido homenaje al inolvidable genetista Pepe Chafik. Curiosamente, los dos abuelos de "Imborrables Momentos" fueron sementales de la ganadería de Medina Ibarra, que han sido, de suyo, los que mejor le han ligado a la divisa hidrocálida.

No era fácil cuajar a "Imborrables Momentos", un toro en cuyo nombre se asomaba un rayo de nostalgia, con ritmo de bolero, y con ese compás tan suave y templado, Joselito lo toreó a placer con la zurda, como torean aquellos hombres que tienen el sentimiento a flor de piel.

Remató los muletazos por debajo de la pala del pitón, siempre detrás de la cadera, en un gozoso abandono en donde se percibía que Adame llevaba la procesión por dentro. Las trincherillas, los desdenes, y demás adornos, tuvieron donaire, mientras su actitud fue de saberse dueño de la situación, de ese sutil coqueteo ante una afición a la que sedujo con una parsimonia fantástica.

Si pinchó al toro y no le cortó la segunda oreja, es lo de menos. Lo más relevante fue el haber hecho una faena tan rítmica, artística y despaciosa, que marca un parteaguas en su prometedora ascensión a la cumbre del toreo.

Y si nada tuvo que ver la conducta de "Imborrables Momentos" con el sexto, de la ganadería de Xajay, que fue un toro noble a secas, Adame volvió a rayar a gran nivel en otra faena edificada con solidez.

Fue tan distinta en su concepción, con aquellos tersos y serenos muletazos de rodillas, que la gente, casi al unísono, lo consagró con los gritos de "¡torero, torero!", algo que es muy difícil que ocurra en el inicio del trasteo. Pero ahí estaba ya el éxtasis del romance a todo galope. Y los redondos en tablas, más la estocada recibiendo, fue el acabose.

La explosión de romanticismo no hizo sino aumentar, en lo que dura la lidia de dos toros. Joselito Adame salió a hombros con tres orejas en la espuerta, pero sobre todo con la satisfacción de haber experimentado la entrega recíproca de un amor arrebatado que él supo perfumar en el delicado trazo de su muleta.

A la par de esta demostración de toreo bueno, José Mari Manzanres hizo otra de las faenas significativas de la corrida: la que cuajó al segundo, un toro que miraba y se quedaba corto; un toro al que otros toreros no lo hubiesen plantado cara, porque ofreció una lidia encastada, nada fácil, por momentos con cierta guasa, pero que mantuvo a todo mundo pendiente.

Y a base de colocación y valor, además de una raza de figura, el alicantino se lo zumbó con singular alegría, sin pestañear, en un trasteo de un enorme mérito porque el de Julián Hamdan no le regaló una sola embestida.

Fue una faena más para profesionales. Sin embargo, la gente estuvo muy respetuosa con José Mari y le coreó con fuerza aquellos pasajes del trasteo que tuvieron mando y expresión. Una estocada eficaz, aunque no tanto de las suyas, le puso en las manos esa oreja tan bien ganada.

Ante el quinto se afanó en someter la embestida de un toro soso que no decía nada. Quizá alargó en exceso el trasteo, pensando quizá que el de Xajay podía romper a embestir. Y aunque estuvo buscándole las vueltas con una intención de honradez, al final, un horrible metisaca, emborró una tarde en la que había hecho un gran esfuerzo. A ver si en la próxima corrida le embiste un toro por derecho, pues ya viene siendo tiempo que la afición de La México redescubra a un torero de gran calidad.

Zotoluto sorteó un lote sin posibilidades, compuesto por un primer toro débil y descastado, y otro que parecía que iba a entregarse, pero dos desarmes echaron a perder el hilo conductor de una faena aguerrida en la que al final consiguió un par de series muy meritorias. Pero lo cierto es que el maestro de Azcapotzalco no tuvo opciones, y se presionó por triunfar cuando sus alternantes ya se habían ido por delante. Ya vendrán otras tardes a lo largo del ciclo para resarcirse.

Hoy Joselito Adame le puso nombre a la temporada. Se veía venir. Vamos a esperar a ver que otros gallos le desfían. Mientras tanto, todavía tiene dos citas con la afición de La México en sendas tardes, una cargada de un alto contenido en el mano a mano con José Tomás, el domingo 31 de enero. Ahora mismo la emoción es total. Como siempre que nace un nuevo amor.

Ficha
México, D.F.- Plaza México. Primera corrida de la Temporada Grande 2015-2015. Más de dos tercios de entrada (unas 30 mil personas) en tarde agradable. Tres toros de Julián Hamdan (1o., 2o. y 3o.) y tres de Xajay, bien presentados y de juego variado, entre los que destacaron 3o. y 6o., premiados con arrastre lento. Pesos: 510, 505, 490, 490, 500 y 490 kilos. Eulalio López "Zotoluco" (lila y oro): Silencio y división. José Mari Manzanares (negro y azabache): Oreja y pitos tras aviso. Joselito Adame (malva y oro): Oreja y dos orejas con petición de rabo. Incidencias: Tras el paseíllo se tributó un minuto de aplausos a la memoria del matador Humberto Moro, fallecido recientemente. Y la "Porra Libre" otorgó un trofeo a Joselito como triunfador de la campaña 2013-2014. Las diferentes porras de la Plaza México dieron una vuelta con pancartas a favor de la Fiesta.


Comparte la noticia