Rivera ratifica su buena racha en Pachuca
Sábado, 17 Oct 2015
México, D.F.
Redacción: Foto: Chichitz
Cortó sendas orejas y salió a hombros
Un entregado y solvente Gerardo Rivera, ha resultado el triunfador de la novillada de feria celebrada hoy, en la capital hidalguense, que finalmente se dio, pues este festejo lo daría el promotor José San Martín, pero al final la empresa Pasión Ganadera echó para adelante para la celebración de éste.
El matador Gabino Aguilar y su familia, se debieron haber ido satisfechos, al tener una presentación sobradamente digna en el coso pachuqueño, en primera con la presentación de las reses, y después, por el juego emocionante que tuvieron en general.
Gerardo Rivera ha tenido una gratísima presentación, mostrando una importante capacidad, lo que le valió su entrega el favor del público asistente. Su primero, tras lancearlo, como caso primero en este coso, se lesionó las vértebras cervicales, por lo que fue apuntillado en el ruedo. Corrió el turno y enfrentó otro ejemplar muy en el tipo de la casa en los dos sentidos, de tipo y de comportamiento, y lo aprovechó cabalmente. Lo banderilleó con regusto y el público se lo agradeció, pues tuvieron emoción los pares que cuajó. El animal en la muleta, se movió con emotividad, y el novillero ejecutó tandas con temple, sapiencia y buen gusto, en tandas de ayudados que tuvieron calidad y temple, y eco en los tendidos. Epilogó su labor con manoletinas, y tras cobrar certera estocada, cortó una oreja con fuerza, y palmas en el arrastre al animal.
Su segundo no estaba reseñado porque se dijo por ahí que lo llevaba Mendoza, el caso es que se entoriló y así lo dispusieron las autoridades como reserva, por lo que se lidió, con el hierro de La Concepción. El novillo recargó en el caballo y el joven se expresó nuevamente en banderillas, haciendo que el público lo ovacionara. Con la muleta, el animal acometió al engaño repitiendo, pero no lo hizo siempre de manera templada y por momentos fue con la cara arriba, aunque como virtud fue que lo hizo con fijeza. El trasteo no tuvo la misma fuerza y consistencia que la de su primero, y tras cobrar otra estocada efectiva, cortó otra oreja, un poco benévola esta vez, dadas las condiciones de la labor y de la colocación de la estocada.
Antonio Mendoza, con el que abrió plaza, que resultó un gran novillo, pues repitió las embestidas con emotividad, el novillero en la muleta le pegó los pases al animal de manera mecanizada, ayudados limpios, es cierto, pero a los que les faltó transmisión. El animal iba y venía pero tampoco era fácil como para perdonar errores como cuando quedó en un momento atravesado el novillero, estando a punto de echarle mano. Así las cosas, el trasteo no remontó, e incluso sacó una lesión al tirarse a matar, en la ceja derecha, retirándose bajo el silencio del respetable luego de escuchar un aviso, y palmas en el arrastre a la res.
Con su segundo, un animal que por su pelea desmontó al muy joven picador Daniel Morales, le faltó son, y en cambio sacó temperamento. En la muleta la res no terminó por entregarse, no fue fácil y "pedía cuentas", lo que al novillero le costó trabajo meterlo en el engaño y, con todo y su intento por extraerle los muletazos, que al final fueron aislados, tuvo voluntad. El animal "se metía", rebañaba luego y protestaba después. Falló con el acero y todo quedó en buenas intenciones.
Emiliano Villafuerte "El Moso" trató de agradar en todo momento, logrando instantes con su primero pero a la postre sin concretar mucho, incluso yéndose con el "desfavor" del escaso público. Con su primero lució en quites, y su faena tuvo un punto de emoción por las condiciones de la res, que aunque acometía con la cara arriba, defecto de la estirpe de este encaste, luego salía haciendo hilo, el novillero estuvo digno. La asistencia se lo reconoció pese a que como alguien dijo del tendido, el escenario era frío y gris. No anduvo bien con el acero y aquello se tradujo en palmas cuando se fue a la barrera.
Su segundo fue un animal deslucido pero como virtud era que repetía con fijeza, su acometida. El novillero, en el quite que realizó lució por lo ceñido de los lances, en cambio, de muleta, sólo pegó pases, sin concretar una faena sólida ante un animal ya con hechuras de toro y que tuvo su nobleza y obediencia, permitiendo algo más. Con la espada se puso pesado, hasta escuchar dos avisos.
Varios aficionados expresaron que algunos de los siete novilleros con los que cuenta el estado de Hidalgo tenían el merecimiento de estar en este cartel, en su feria y en su plaza, pero se comentó que no había sido Pasión Ganadera quien organizó este festejo sino José San Martín, como ya se dijo.
Ficha Pachuca, Hgo.- Plaza "Vicente Segura". Tercer festejo de feria. Menos de un cuarto de entrada (unas mil 200 personas) en tarde nublada y fría, con cierta amenaza de lluvia. Cinco novillos de El Batán, bien presentados en general, varios en tipo, de los que sobresalieron 1o., 4o. y 5o. Y uno de La Concepción (3o., sobrero sustituto de uno que se inutilizó), deslucido pero repetidor. Pesos: 420, 410, 415, 400, 390 y 395 kilos. Antonio Mendoza (azul turquesa y oro): Palmas tras aviso y silencio. Emiliano Villafuerte "El Moso" (azul pálido y oro): Silencio y palmas tras dos avisos. Gerardo Rivera (azul esmeralda y oro): Oreja y oreja. Incidencias. Destacó de nueva cuenta Luis Miguel González, que fue aplaudido tras un buen puyazo al 3o.
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