Banners
Banners
Banners

Héctor de Ávila paga tributo de sangre (video)

Domingo, 09 Ago 2015    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif| Foto: JRN           
El momento preciso de la cornada, al dar el primer muletazo de su faena
Varios años de esfuerzo le costaron a Héctor de Ávila poder debutar en la Plaza México, coso donde hoy pagó un tributo de sangre al sufrir una cornada grande en la pierna izquierda, justo cuando iniciaba la faena ante el único ejemplar con el que estaba anunciado y ante el que había firmado buenos pasajes de capote.

El nacido en Tenancingo se gustó en un par de lances a la verónica, cargando la suerte con cierto empaque y remató con una bonita media. Tras la suerte de varas, ejecutó un coreado quite en el que combinó chicuelinas y tafalleras, calentando el ambiente en los tendidos.

Dispuesto, se plantó en los medios para iniciar su faena por alto y, justo en ese primer muletazo, el de Guadiana le infirió la cornada al ser descubierto por el viento y lo levantó de fea manera, propinándole una vuelta de campana de la que cayó de espaldas. De inmediato fue llevado a la enfermería y ya no pudo salir, de tal forma que Juan Viriato liquidó el novillo.

Lo que siguió fue raro, por ponerle un adjetivo. Marlene Cabrera se presentó en La México y mostró muchas limitaciones técnicas, incluso dejando que se armara un herradero en el ruedo durante el primer tercio. Sin embargo, algún sector del público le coreó todo y algunos otros aficionados se contagiaron; entonces se armó la pachanga, al estilo futbolero.

El novillo de Guadiana, aunque corraleado (pues había sido sobrero durante toda la campaña) y huidizo, tenía buena condición si se le dejaba puesta la muleta. En esta tesitura, hubo algunos muletazos con sabor, aunque destemplados e aislados, en medio de un ambiente extraño e indigno de La México, como de pueblo, dicho con todo respeto, mientras que los aficionados entendidos pitaban a los "fiesteros".

Al final, y como mató bien, hubo petición de oreja, que acertadamente el juez Jesús Morales no concedió, pues hubiera sido algo fuera de lugar. Por su cuenta se dio una vuelta al ruedo la torera, entre pitos pero también entre aplausos. Seguros estamos que en ella cabrá la autocrítica pues, a pesar del ambiente festivalero, demostró no estar preparada para venir a esta plaza, aunque para ser justos hay que apuntar que brindó su esfuerzo.

Cumplidora fue la actuación del caballista Sebastián Torre, que abrió plaza ante un ejemplar sosito que, ciertamente, acudía con nobleza a las cabalgaduras. El potosino regaló momentos de buen toreo, incluso haciéndolo de costado y cambiando los lados, aunque no fue del todo certero en la colocación de rejones y banderillas.

Los Forcados Hidalguenses, comandados por el cabo Andrés Oro del Villar, consiguieron una pega sensacional y cosecharon las ovaciones unánimes del público; el cabo de cara fue Enrique Mejía, y lo hizo de lujo. Como mató de forma defectuosa, a la postre hubo división de opiniones para el rejoneador de San Luis Potosí.

El colombiano Juan Viriato mostró que conoce el oficio y sabe resolver. Su novillo era un poco incómodo e iba rebrincadito, pero no pasó mayores apuros; sin embargo, le cortó transmitir hacia los tendidos pues no se le vio una gran actitud y, aunque pegó muchos muletazos, el tema no alcanzó alturas.

Pérez de Pauloba anduvo animoso de capote y banderillas. El de Guadiana fue soso y terminaba con la cabeza a media altura, además de quedarse corto, lo que no permitió que el queretano pudiera lucir con la muleta y solamente apuntó algunos detalles, no sin experimentar un par de sustos.

El ejemplar de Emiliano Villafuerte tenía su guasita, gazapeaba y sabía lo que dejaba atrás, pero transmitía, ya que acudía a los engaños con cierto poder y recorrido. El Moso consiguió momentos buenos, sobre todo toreando con la muleta en la diestra, pero no terminó por romper y la gente tomó partido por el novillo hacia el final de su lidia.

Ficha
México, D.F.- Plaza México. Sexta novillada de la Temporada Chica. Unas 4 mil 500 personas en tarde soleada y agradable, con algunas ráfagas de viento. Novillos de Guadiana, muy bien presentados, de variado comportamiento, del los que destacó el 4o. por su transmisión. Pesos: 419, 422, 426, 430, 420 y 380 kilos. El rejoneador Sebastián Torre: División. El colombiano Juan Viriato (burdeos y oro): Silencio y silencio en le que mató por Héctor de Ávila. Pérez de Pauloba (azul purísima y oro): Silencio. Emiliano Villafuerte "El Moso" (azul celeste y plata): División. Héctor de Ávila (capuchino y azabache): Herido. Marlene Cabrera (marfil y oro): Vuelta con protestas. Incidencias: Héctor de Ávila sufrió una cornada limpia arriba de la rodilla izquierda, de la que fue estabilizado en la enfermería de la plaza para se trasladado al Hospital Mocel para ser operado. Los Forcados Hidalguenses realizaron una gran pega al primer intento y fueron muy ovacionados.

Noticias Relacionadas







Comparte la noticia