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Una reconciliación a medias (video)

Sábado, 09 May 2015    Madrid, España    Juan Antonio de Labra | Foto: Emilio Méndez           
Enfrentó un lote poco propicio
La reaparición de El Payo en Madrid revestía un interés especial, pues ya decíamos que hace tres años tocó fondo en esta misma plaza y de ahí resurgió para erigirse en uno de los toreros mexicanos más importantes del momento.

Y si es verdad que estuvo entonado y trató de hacer las cosas con cabeza y gustándose, sin dejarse influenciar por el recuerdo de aquella tarde aciaga, se echó en falta que apretara el acelerador a fondo para tumbarle una oreja al primer toro de su lote. Ése era el objetivo. Pero no sucedió.

Porque una vez más, la ausencia de casta de los toros de hoy, en este caso de la ganadería andaluza de Fuente Ymbro, impidió que los toreros pudieran mostrarse a plenitud. Y sólo ese segundo ejemplar, de espectacular pelo ensabando, permitió a Paro Ureña bosquejar la faena que más emoción proyecto al tendido.

Así que el festejo estuvo marcado por diversos pasajes de tedio de los que sólo determinados detalles de torería, como la gran actuación del picador Pedro Iturralde, devolvieron la ilusión a un público escéptico, que acude en gran número a la plaza pero sabedor de que ver un triunfo aquí es casi un milagro. Y vuelta a empezar, cada tarde.

En este sentido, parecía que el ensabanao de Ricardo Gallardo iba ir a más y no tuvo la duración necesaria para que la faena de Ureña mantuviera el tono inicial. Si a ello sumamos la crispación de sus procedimientos, aunque tocados siempre de actitud y valor, la posibilidad del triunfo se diluyó con rapidez.

Y cuando parecía que El Payo podía aprovechar la nobleza del tercero, que tendía a escupirse de la muleta, se echó de menos ese punto mayor de raza para demostrar que volvía a esta plaza totalmente curado de aquel fracaso que le confirió carácter a su toreo.

Es verdad que no dejó de bosquejar detalles muy toreros, como sus medias verónicas, los cambios de mano o los pases de pecho con los que abrochó determinadas series, pero sí que faltó algo más para no pasar inadvertido a los ojos del público que quizá se quedó con las ganas de un brindis de reconciliación por parte del queretano, que mantuvo ese talante altivo que ha caracterizado a su recia personalidad.

El sexto fue un marmolillo y El Payo lo pasó de muleta sin emoción antes de retirarse cobijado por unas cálidas palmas de aliento, aunque sin la certeza de que se pronto se vuelvan a abrir las puertas de esta plaza a una nueva oportunidad.

Las faenas de César Jiménez no tuvieron alma, aunque sí buenos acabados. El torero madrileño sorteó un lote sumamente deslucido con el que no valía ni estar valiente o variado, así que a los dos toros los lidió con eficacia y pasó de puntillas por un coso donde tiene cuatro puertas grandes en su trayectoria.

Las caras de los aficionados mexicanos que han venido este año a Las Ventas hablaban por sí mismas al final de la corrida. Todos con ganas ya de dar la vuelta a la página y esperar que mañana sí embista algún toro por derecho, pues Arturo Saldívar está acartelado con dos triunfadores: Eugenio de Mora y Morenito de Aranda, para dar cuenta de un encierro de Valdefresno, del campo bravo salmantino.

Vamos a ver si la feria remonta estas dos tardes descafeinadas, tocadas por la mansedumbre, y dejamos atrás ese hastío que provoca la ausencia de bravura.

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Segunda corrida de la Feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada en tarde agradable. Seis toros de Fuente Ymbro (el 3o., sobrero sustituto), bien presentados y varios armoniosos de hechuras, pero de poco juego en su conjunto, salvo el 2o., que tuvo mejor condición y fue emotivo en varas. Pesos: 543, 515, 524, 508, 517 y 516 kilos. César Jiménez (verde botella y oro): Silencio en su lote. Paco Ureña (tabaco y oro): Silencio en su lote. Octavio García "El Payo" (canela y oro): Palmas tras aviso y silencio.


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