La llovizna que cayó antes de comenzar el festejo ensombreció la tarde, y todo apuntaba a que a la hora de la segunda corrida podíamos calarnos. Pero afortunadamente no llovió y eso permitió que la plaza registrara una buena entrada de tres cuartos del aforo cubiertos.

Así que con ese ambiente propio del carnaval, que en esta tierra se vive con gran pasión, la terna se esforzó por agradar delante de un encierro de Boquilla del Carmen parejo en presentación y hechuras y que se dejó torear. Quizá le faltó un poquito más de fondo a la corrida de Manuel Sescosse, pero lo cierto fue que todos los toros mantuvieron un buen nivel de nobleza.

La falta de rotundidad con la espada impidió que los toreros salieran a hombros de la plaza, pero al margen de esta consideración cabe destacar lo interesante que resultó el contraste de estilos.

Juan Bautista mantiene la ilusión de abrirse camino en México, y ahora de la mano de Casa Toreros ha conseguido una continuidad más atractiva para su carrera. Hoy volvió a dejar claro su bien aprendido oficio en dos faenas de corte distinto, siendo la primera de mejor acabado ya que el quinto, un toro berrendo de bonita lámina, se lastimó una manita y ya no rindió como se esperaba.

Pero con ese primer toro, el torero de Arles anduvo seguro y templado desde que se abrió de capote. Ya en la faena se centró con las embestidas del de Boquilla del Carmen en una faena de menos a más. El público observó con detenimiento una labor que superó a la del año pasado, y gracias a su valor consiguió muletazos de buen acabado en un entonado trasteo que remató de una estocada un tanto delantera y perpendicular que fue suficiente.

Paseó la oreja en la vuelta al ruedo con una sonrisa franca, consciente de que se abría la posibilidad de salir a hombros, y aunque le buscó las vueltas al segundo toro de su lote, ya no tuvo ocasión de redondear por esa falta de continuidad del ejemplar. No obstante, ejecutó una faena medida con algunos pasajes buenos en los que toreó con reposo por ambas manos.

En ese mismo aire de serenidad y madurez, Arturo Macías emocionó al público con dos faenas en las que equilibró muy bien el toreo templado y de gran acompañamiento de cintura, con esos detalles de entrega que caracterizan su tauromaquia.

El hidrocálido le dio muy buenos muletazos al tercero, otro toro noble que embistió con ritmo en el valiente quite por saltilleras, y más tarde a la mandona muleta de Macías, que pisó terrenos comprometidos para sacarle provecho. Y así fue como le hizo una faena estructurada y vibrante que remató de una estocada entera, un tanto tendenciosa, que no fue impedimento para que le concedieran una merecida oreja.

En el sexto trató de arrear con otro trasteo que gustó al público, que estaba a la espera de ese triunfo definitivo que se resistió a llegar a lo largo de la tarde. De cualquiera manera, con su carismático toreo, el hidrocálido volvió a calentar el ambiente y cuando parecía que ya tenía en la espuerta una oreja más, emborronó su labor con la espada.

Zotoluco acarició las nobles embestidas del toreo que abrió plaza, al que toreó por nota para evitar derribarlo. El pulso y los tiempos fueron claves de una faena en la que hubo pasajes de toreo con gran desmayo, sobre todo cuando toreó al natural con mucha tersura.

Más aguerrida y con desplantes temerarios, poniéndose de rodillas y de espaldas delante del cuarto, Zotoluco trató de echar el resto sin conseguir el resultado esperado porque se puso pesado con el acero. A pesar de este desaguisado, y en ambos toros, la gente lo llamó a saludar dos cariñosas ovaciones en el tercio, escaso precio a una actuación plagada de detalles de calidad y raza.

Con este ambiente favorable en las dos corridas que se han celebrado continuará mañana el Carnaval de Autlán, pues ya están en los corrales desde hace varios días los toros de Marrón que enfrentarán Alejandro Talavante y Octavio García "El Payo", mientras que para Mónica Serrano hay dos novillos de San Pablo. A ver si en esta tercera fecha la fiesta vibran en grande. Así lo esperamos.