El matador Fernando de la Peña ya se encuentra en su casa de Monterrey tras haber permanecido durante 20 días en la Clínica 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde tomó la decisión de no volver a operarse de la médula ósea debido a que su problema de salud no tiene solución.

"El médico que me atendió quería volver a operarme, pero sin darme ninguna garantía de mejoría y de que iba a volver a caminar. Otro médico me aconsejó que quizá lo mejor era dejar de lado esta nueva operación porque podría tener diversas complicaciones y podía resultar contraproducente. Así que tomé la decisión de venir a casa", dijo el matador De la Peña.

Fernando, que cumplirá 74 años el próximo 16 de marzo, se sometió a una intervención en junio del año pasado, aquejado de una infrecuente enfermedad denominada siringohidromielia, que le había afectado el tejido que recubre el canal medular. Y luego de intentar recuperarse en terapias de distinta índole, cayó nuevamente enfermo a mediados del mes de diciembre.

"Es duro decirlo, pero ya perdí la esperanza de volver a caminar. Tendré que resignarme y echar mano de una silla de ruedas para poder sobrellevar este revés que me da la vida. Estoy muy triste y abatido, pero sé que tengo amigos muy buenos que me darán la moral suficiente para seguir adelante hasta que Dios me llame", afirmó con resignación.

Esta circunstancia tan adversa por la que atraviesa el matador De la Peña le ha impedido realizar el trabajo que venía desempeñando desde hace algunos años, consistente en la elaboración de talaveras con imágenes religiosas, taurinas y camperas, que hoy día adornan muchas de las casas y fincas de ganaderos y aficionados.

Un grupo de amigos cercanos ha estado reuniéndose con la finalidad de ver la manera de ayudarlo, y en su momento se hará del conocimiento del medio taurino para que más gente se sume a esta noble causa.