No fue lo que se esperaba la final del certamen novilleril "Descubriendo a un torero", celebrada hoy en la Plaza México, y ninguno de los alternantes (Edgar Badillo, Pepe Zavala y Carlos Casanueva) alcanzó el triunfo a lo largo del festejo, pero al final se declaró a Casanueva como el ganador del ciclo.

Carlos Casanueva es un prospecto muy interesante y, a nuestro entender, efectivamente la principal revelación de este certamen ya en términos globales, al ser "descubierto". Es cierto, todavía está verde, pero muestra virtudes que no se aprenden, sino que se traen de cuna y pueden ser el fundamento de su porvenir.

Ante su primero, de la ganadería de Los Ébanos, se mostró alegre e inició su faena con muletazos estoicos por alto. Con buen pulso y sin forzar a su enemigo, fue construyendo tandas con ligazón y temple, aprovechando la nobleza de este oponente. El trasteo fue de más a menos y terminó entre altibajos, e incluso el torero sufrió una voltereta, pero quedó constancia de su valía.

Al sexto le dieron exageradamente en el caballo y llegó al tercer tercio prácticamente aplomado. El tapatío intentó extraerle muletazos que no tenía el novillo, cruzándose y siéndole muy paciente. No obstante, el esfuerzo fue infructuoso para el joven espada Casanueva. 

El poblano José Zavala,que es un buen prospecto, no lo tuvo fácil ante el segundo, de Xajay, un novillo que si bien es cierto peleó bien con los montados, llegó al tercer tercio defendiéndose violentamente, con genio. Zavala se dobló bien con él y echó arrestos para plantarle cara, pero la situación no fue sencilla.

Su segundo, un castaño de Pepe Huerta que de salida saltó al callejón, tuvo toreabilidad aunque no demasiado fondo. Zavala logró dejar constancia de sus buenas hechuras y empaque, pese a su natural verdor. Construyó una faena con buenos momento por ambos perfiles, pero sin lograr redondear el trasteo.

Una serie con la mano diestra, y una más por bellos naturales, constituyeron los mejores pasajes de la tesonera labor de otra de las buenas revelaciones de este certamen nacional que hoy llegó a su fin en esta novillada donde el triunfo no apareció en el horizonte.

Del concurso de ganaderías, lo más destacado fue el novillo de Barralva, lidiado en cuarto lugar, que a la postre mereció el arrastre lento. Edgar Badillo fue el encargado de enfrentarlo y no terminó por aprovecharlo, dejando pasar una gran oportunidad de triunfo, cuando de entrada se mascaba que algo importante podría ocurrir.

El zacatecano estuvo bien de capote y también con las banderillas, para luego correr dos tandas  templadas que hicieron concebir esperanzas. Sin embargo, desde el tendido comenzaron a pitarle que no se ajustara del todo con el novillo y que no terminara por romperse con él.

Y aunque en la faena hubo momentos de clase, ante un novillo no sobrado de fuerza pero metía la cabeza con gran calidad, sobre todo por el perfil derecho, la labor de Badillo no cobró mayores alturas y al final, tras par de pinchazos y una estocada, hubo división de opiniones y algún sector tomó partido por el buen ejemplar.

Ante su primero, Edgar cubrió con mérito el segundo tercio de la lidia y, con la sarga, tuvo detalles bajo la lluvia ante un ejemplar de Los Cués cuya falta de fuelle no le permitió explotar la calidad con la que contaba. Badillo tardó en encontrarle el ritmo al burel, pero cuando lo hizo (ya hacía el final del trasteo), dejó un par de series con buen rúbrica.