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Especial: El reencuentro de dos amigos

Sábado, 27 Sep 2014    México, D.F.    Redacción | Foto: Tauroagencia   
Zotoluco y Gonzalo Martínez, en Caparica

Eulalio López "Zotoluco" y Gonzalo Martínez tuvieron un reencuentro repleto de añoranza, pues en días pasados el maestro invitó al popular taurino a una tienta sin decirle adónde iban a acudir, y la sorpresa de Gonzalo fue mayúscula cuando estuvieron a las puertas del rancho El Rocío, ahí donde ahora se encuentra asentada la ganadería de Caparica y antiguamente estuvo la de Las Huertas, refugio de Gonzalo durante los largos años que duró su amistad con Luis Javier Barroso Chávez y, posteriormente, con su hijo.


En ese momento de añoranza, Gonzalo rememoró que cierto día, cuando apenas tenía unos 14 años, llegó un muchahito que quería ser torero. Se llamaba Eulalio y venía con un amigo, en un "vocho" de color rosa. Aquel detalla, y dada la sana guasa de Gonzalo, se animó a decir que la próxima vez quería verlo llegar a la finca en un Mercedes-Benz, lo que, para asombro suyo, ocurrió algunos años más tarde.


A lo largo de esta tienta, en la que Gonzalo acudió como invitado de honor a una casa que era como suya, se recordaron pasajes de al vida ganadera del rancho que fundón Manuel Buch, con aquel hierro de El Rocío, y luego la venta de la finca Luis Javier Barroso, que aquí sentó sus reales con aquella magnífica ganadería como fue Las Huertas.


Zotoluco tengó cuatro vacas y disfrutó de la compañía de los señores Muñozcano y Roberto Viezcas, propietarios de Caparica, que fueron testigos de este sabroso reencuentro de dos viejos amigos.


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