Maurilio Bravo Gutiérrez, inspector de autoridad del callejón de la plaza "Santa María" de Querétaro, falleció en su domicilio, a la edad de 72 años, como consecuencia de una afección en los riñones que lo había mantenido hospitalizado durante las últimas semanas.
Poseedor de una gran afición, don Maurilio llevó su responsabilidad como Autoridad del Callejón con seriedad y consciente de la importancia de su papel dentro de los festejos taurinos. Gracias a esto se ganó el respeto de cuantos visitaron los callejones de las plazas "Santa María" y Juriquilla, además de otras de las ciudades aledañas a la capital del estado.
Trató con las grandes figuras del toreo que hicieron el paseíllo sobre todo en la plaza "Santa María", y también con varios periodistas que hicimos nuestros primeros reportajes desde el callejón, mismos que tuvimos que demostrar cordura para estar en este lugar, so pena de recibir una llamada de atención de su parte si desteníamos las órdenes.
Se le escuchaba hablar de la Fiesta de esa época con nostalgia, y era común verle en la puerta de acceso al patio de caballos expresando a quien no conocía: “¿Asunto?”, o bien, a algún despistado con la vista extraviada en el tendido: “Su negocio es aquí en el callejón, atento, o mejor váyase al tendido”. Siempre le distinguió la formalidad en su función.
En la corrida de Navidad del 25 de diciembre del 2006, la Presidencia Municipal de Querétaro le rindió un homenaje en el centro del ruedo de la plaza "Santa María" antes del inicio del festejo de despedida de Jorge Gutiérrez, ya que cumplía 35 años de dedicación a la Fiesta como Inspector Autoridad. El alcalde Manuel González Valle y el Secretario del Ayuntamiento, Jorge Luis Alarcón, hicieron entrega de la placa alusiva a su impecable trayectoria.
El novenario de don Maurlio se llevará a cabo desde este viernes 7 de noviembre a partir de las ocho de la noche en el Templo del Carmen, localizado en el Centro Histórico de Querétaro.
El Equipo Mundotoro México se une a la pena que embarga a toda su famlia, especialmente a su hijo Maurilio. Extrañaremos la figura de su padre en los callejones de las plazas queretanas.