El matador Juan Leal fue el destacado triunfador de la corrida de a pie, a la portuguesa, que hoy cerró la feria azoreña de Sanjoaninas. El diestro francés hizo un despliegue de entrega durante toda la tarde y puso en pie en varias ocasiones al público que casi llenó la plaza de Terceira, a base de un toreo de quietud y en la más pura línea ojedista.

Para su triunfo, Leal contó con el lote más completo de una dispar corrida de Rego Botelho, ganadería local de origen Jandilla, pero también es cierto que con ambos toros se mostró siempre dispuesto y ambicioso, sin cansarse de estar ante los pitones tanto con el capote como con la muleta.

Leal, que además saludó al último a portagayola, participó con variedad en todos los quites posibles –por saltilleras, zapopinas, tafalleras y chicuelinas, respectivamente– de la corrida y le hizo luego a sus dos oponentes sendas faenas marcadas por la seguridad y la quietud, buscando siempre pasarse muy cerca y en todas direcciones las embestidas de su lote.

A su primero, que se movió con brusquedad, le abrió el trasteo con tres pases cambiados en los medios sin mover las zapatillas. Se rajó pronto el de Botelho, pero Leal lo acosó con decisión hasta el último momento. Al sexto, que fue el toro de más calidad y duración, le ligó para empezar una buena serie de muletazos de rodillas, también en la boca de riego, para después darse de nuevo a ese marcado concepto ojedista que define su tauromaquia.

Ante un público entregado y agradecido a su entrega, el joven espada galo dio hasta tres vueltas al ruedo como balance de su triunfal presentación en las Azores.

La otra faena destacada de la tarde fue la de Miguel Ángel Perera al quinto, que resultó uno de los mejores de la corrida. El extremeño, que no pudo lucir ante el manso y violento segundo, consiguió con éste noble los mejores momentos de su actuación, con muletazos largos y templados por la derecha. Fue una labor de gran pulcritud y con el único sobresalto de una inesperada voltereta, ya con el toro venido abajo, tras la que Perera se dolió de un pitonazo en el muslo derecho.

Juan José Padilla no logró brillar en su vuelta a Terceira después de doce años. El torero de Jerez tuvo enfrente el peor lote de la corrida, dos toros sin opción alguna de lucimiento. No sólo  se rajaron a las primeras de cambio sino que, además, se violentaron y desarrollaron peligro tras las banderillas, tercio que Padilla sólo protagonizó en el primer turno, lo que no agradó a parte del público.