Para que haya caldo de conejo, se requiere al orejón; para una tarde de toros… toros. Hoy, la plaza "Alberto Balderas" de la ciudad de La Grana vivió una intensa corrida. Un imponente encierro de El Vergel que atacó en serio a los piqueros (que así como salieron tres ejemplares con serias dificultades para todos en el ruedo, también gozamos del importantísimo juego de "Guantero", un astado de bandera) mantuvo un altísimo interés por todo lo que aconteciera en el ruedo. La ecuación fue completada por Joselito Adame, Octavio García "El Payo" y Diego Silveti, quienes se han comportado como lo que son… Toreros.

Una sólida faena que mereció un apéndice fue la evidencia del buen momento por el que pasa Diego Silveti. Tiene camino por andar, mas, si es por el correcto, todo bien. Amapolo fue recibido con lances a pies juntos. Con la muleta hubo de aguantar parones y que le probara el astado, por lo que al finalizar el trasteo el público le arrancó la oreja al juez, don Javier Medina.

Lo mejor vino con el sexto. A "Guantero" –vaya compromiso con el nombre un ejemplar que enorgullece a cualquier ganadero, Silveti se rebozó en una faena, netamente derechista que hondo caló en la emocionada concurrencia. El de don Octaviano García no fue fácil –la bravura nunca lo ha sido- pero Diego le bajó con mando su muleta en trazos largos, casi tanto como los oles de Autlán… pero (la asignatura pendiente) la toledana no fue bien utilizada y todo quedó en un respetuoso silencio, cuando el público se retiraba del coso.

Joselito Adame tuvo una tarde aciaga. Al primero de su lote le extrajo series de mucho mérito por ambos lados, pero, desafinado con el acero, el público silenció su labor. El segundo de su lote dijo no, no y no. Hubo de abreviar y… bueno, pues la gente había ido a verlo se y metió fuerte con el de Aguascalientes.

El queretano Octavio García "El Payo", de no ser por el 6o., un toro violento que atendía a los toques de su muleta y al que le aguanto enormidades, para cortarle una merecida oreja habría corrido la misma suerte que Adame. De hecho, la plaza se metió fuerte con El Payo en el primero de su lote.

El caballero en plaza, Emiliano Gamero, lidió un astado muy serio de San José el que, a pesar de haber sido despuntado, no perdió la presencia. Requirió de tres rejones de castigo para atemperar su codicia, para que Gamero realizara una labor muy torera. Recibió a portagayola, garrocha en ristre, para clavar garapullos al quiebro, yéndose a la cara de tercio a tercio, bordar giros en la cara, galopes de costado con el toro cosido al estribo.

Por desgracia, no fue certero con el rejón de muerte. Todo quedó en una vuelta al ruedo con mucha fuerza, en compañía de los forcados portugueses, Amadores de Évora quienes cuajaron una buena pega al segundo intento.