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El Cuate está a salvo, y Macías salva la noche

Viernes, 19 Jun 2009    Puebla, Pue.    Álvaro Sánchez / Corresponsal           
El Cuate acudió a la plaza
Una atronadora ovación y gritos de ¡torero, torero! fue el recibimiento a Enrique El Cuate Espinoza, que hace dos semanas en este ruedo estuvo a punto de perder la vida. Hoy a salvo, encabezó en silla de ruedas un paseíllo sui géneris en el que fue seguido de paramédicos, luego los espadas anunciados y sus cuadrillas.

El cariño del público se manifestó hacia El Cuate, quien sonriente agradecía con la diestra en alto, las ovaciones y gritos de aliento de la afición poblana, que ha estado pendiente como la del resto del país de su evolución.

Si hablamos de cariño hacia un torero, debemos subrayar  también que en esta plaza el público quiere mucho a Arturo Macías; hoy salvó esta noche que el ganado casi echa a perder. El de Jesús Cabrera al cual enfrentó, fue premiado sin merecimiento con arrastre lento; Arturo estuvo con gran disposición incluso subiéndose al caballo para picar y  puso un par de banderillas que igualado aunque delantero.

Él lo hizo todo pues el de Cabrera, terminó varias veces con la cara alta, desentendiéndose del engaño, pero la entrega del hidrocálido hizo que le correspondiera la gente, a pesar de la estocada que quedó muy abajo, pidiendo las orejas que le otorgaron.

Rafael Ortega con el primero de la lidia a pie se gustó al veroniquear con buen juego de brazos; clavó dos buenos pares al cuarteo y claro, las cortas no podían faltar para darles gusto a todos.

Brindó a los médicos que recibieron ovación de reconocimiento; el toro calamocheaba y tendía a huir por lo que solo logró ligarle algunos muletazos; la estocada desprendida bastó para que se solicitara un apéndice que la autoridad  concedió a regañadientes.

Un manso de Rodrigo Aguirre de lidia incierta, dio sendos sustos a Federico Pizarro y al banderillero Gustavo Campos; Pizarro porfió tratando de meter en vereda al cornúpeta, que lo mismo se escupía o arrancaba intempestivamente, se lo quitó de enfrente con relativa prontitud escuchando algunas palmas.

Hoy vimos a Jerónimo desahogado ante uno de Vaca Hermanos, que de salida intentó saltar al callejón, le instrumentó navarras de giros cadenciosos, y corrió bien la mano, buscando luego variedad al rematar las series, a pesar que el animal no le pasaba completo; una estocada al segundo viaje no alcanzó para que la petición del auricular se generalizara, únicamente saludó en el tercio bajo fuerte ovación.

A Ignacio Garibay muy poco se le tomó en cuenta lo que hizo, por la escasa presencia de un novillito de Espíritu Santo que además era débil, por lo que hubo nula trasmisión; Garibay ante eso cortó por lo sano retirándose en silencio.

Abrió plaza el rejoneador Jorge Hernández Gárate, ante un astado de Mar de Nubes que tuvo mucha movilidad, la labor del rejoneador fue entre altibajos; destacó el segundo rejón de castigo, una banderilla al violín y el para a dos manos, ya que con el rejón de muerte falló en dos ocasiones; no obstante el novillo dobló pero al no haber puntillero, Jorge echó pie a tierra para decabellar, lo que consiguió poco después de sonar un aviso.

Ficha
Festival a beneficio de El Cuate Espinoza, ante tres cuartos de entrada, se lidiaron  novillos de Mar de Nubes (para rejones) regular, de Reyes Huerta, Rodrigo Aguirre, Vaca Hermanos, y Espíritu Santo de escaso juego y de Jesús Cabrera que recibió arrastre lento. Pesos: 410, 493, 435, 410, 370 y 425 kilos. El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Silencio tras aviso. Rafael Ortega: Oreja. Federico Pizarro: Palmas. Jerónimo: Ovación. Ignacio Garibay: Silencio. Arturo Macías: Dos orejas. Macías salió a hombros.


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