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Tres estilos y tres triunfos, en Jerez (fotos)

Domingo, 07 Abr 2013    Jerez, Zac.    Juan Antonio de Labra | Foto: Nacif           
Antonio Romero cortó dos orejas y salió a hombros
El cartel de la segunda corrida de la Feria de Jerez tenía su miga, pues estaba conformado por tres toreros  de distintos estilos y una ganadería emblemática, como es San Mateo.

Y fue a partir el cuarto ejemplar de la tarde cuando el festejo incrementó su nivel de emoción, lo que contribuyó a que se viviera un final feliz y que la gente saliera contenta del coso que, en esto de los toros, es algo muy importante tratándose de un espectáculo en el que nunca se sabe qué va a pasar.

En ese afán de agradar y congraciarse con su público en todo momento, Antonio Romero se esforzó delante del sexto al que hizo una faena serena y centrada, con pasajes buenos con la muleta en la derecha, en los que toreó con reposo y ritmo a un toro al que le faltó un punto de mayor transmisión. Sin embargo, el torero zacatecano tuvo la virtud de taparle la cara y colocarle la muleta a la distancia precisa para llevarlo cosido a la tela en muletazos con trazo y suavidad que gustaron a la gente.

A la hora de matar le faltó mayor contundencia y colocó un pinchazo hondo en todo lo alto, del que el toro dobló para que le concedieran dos orejas ante la insistencia del público. Cabe agregar que Antonio había calentado el ambiente con un espectacular tercio de banderillas, como de hecho también ocurrió durante la lidia del tercer toro, al que hizo un trasteo entre altibajos dada la falta de continuidad de las embestidas.

En ambos toros, Romero demostró actitud decidida y una sustancial mejora de sus procedimientos con los palos, suerte en la que se prodigó con conocimiento de causa y facultades.

La faena de más contenido la hizo Fermín Rivera al quinto, un toro que se llamó "Noble" y, en este caso, sí hizo honor a su nombre, porque embistió con templanza.

Fiel a su concepto del toreo, el potosino lo fue encelando con toques suaves y rítmicos, en muletazos sentidos y profundos por el pitón derecho, que no tuvieron demasiado calado en el público quizá porque la afición de esta plaza no está acostumbrada a un toreo tan serio y clásico, como el que prodiga Fermín. De cualquier manera, el entusiasmo se levantó tras la soberbia estocada con la que terminó el trasteo.

Ejecutó la suerte suprema poniéndose la espada al a altura del pecho, y deletreó la estocada con una gran pureza. El toro cayó herido de muerte en pocos segundos y a Rivera le concedió una valiosa oreja en la tarde de su debut en este coso zacatecano.

Y así fue como en su rostro se dibujó una discreta sonrisa, durante la vuelta al ruedo, luego de haber pasado un trago muy gordo delante del segundo ejemplar de la corrida, un toro con el hierro de San Mateo, el de mayor trapío y más en tipo del encierro, mismo que desarrolló sentido y le pidió el carné a lo largo de una faena sin consistencia, en la que anduvo un tanto a la deriva.

Fabián Barba no acusó físicamente el viaje desde Holpechén del día anterior, que lo obligó a realizar dos trasbordos de avión y una travesía de unos 300 kilómetros en coche para poder llegar justo a tiempo a la corrida de Jerez.

Al primer toro de la tarde, de aspecto anovillado, y demasiado capacho, tratándose de este encaste, le hizo una faena animosa antes de que el toro terminara parándose.

Con el cuarto remontó la tarde en un trasteo variado y seguro, en medio de la algarabía del público que se encendió con las notas musicales de "Pelea de Gallos", bellamente interpretada por la Banda de Guadalupe. Los molinetes, los pases de pecho rodillas en tierra y diversos adornos, fueron el mejor aderezo de una labor meritoria que remató de una buena estocada para llevarse un apéndice, le primero que se concedió en esta tarde bajo esta cielo de azul intenso, tan peculiar de Zacatecas.

Ficha
Jerez, Zac.- Plaza "La Jerezana". Segunda y última corrida de feria en tarde soleada y agradable. Cuatro toros de San Lucas, uno de San Marcos (1o.) y uno de San Mateo (2o.), desiguales de hechuras, cornamentas y presentación; de escaso juego en su conjunto salvo el 5o. y el 6o., que fueron nobles, éste último premiado con arrastre lento. Pesos: 485, 545, 473, 455, 450 y 450 kilos. Fabián Barba (azul marino y oro): Silencio tras aviso y oreja. Fermín Rivera (grana y oro): Pitos tras aviso y oreja. Antonio Romero (burdeos y azabache): Palmas tras aviso y dos orejas. Al final del festejo Romero salió a hombros. El comienzo del festejo se aplazó uno 12 minutos debido al mal estado del piso y que el personal de plazas de dispuso a arreglarlo.


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