El matador tlaxcalteca Angelino de Arriaga se alzó como el triunfador de la corrida celebrada esta tarde en Apizaco, pues cortó la única oreja del festejo en el que tanto el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza como Diego Silveti se fueron en blanco.
 
Se llevó en primer término un toro de buena presencia pero no sobrado de casta, al que recibió con buenas verónicas y la media de sabrosa ejecución; breve fue el puyazo para que viéramos un quite combinado que le festejaron, tuvo que batallar para extraer los muletazos por ambos lados, siendo el derecho el más aprovechable del burel que poco a poco vino a menos.
 
Las manoletinas como adornos finales fueron ciertamente expuestas aunque no terminaron por elevar el nivel de emoción del trasteo; colocó media ración de acero en buen sitio que hizo doblar provocando que ondearan los pañuelos y así llevarse una peluda.
 
Hasta ahí todo iba bien y con el deslucido sexto, apenas logró lances regulares entre los que destacaron dos verónicas con solera; ante el astado ya muy quedado estuvo porfiando sin trascender lo que hacía, de pinchazo y estocada lo envió al destazadero retirándose en silencio.
 
Ya fuera de tiempo en forma antireglamentaria, anunció que regalaría uno a lo que Usia accedió; enfrentando ahora ese astado chico de poca casta tampoco vimos algo estructurado, sino que fueron muletazos dispersos sin relieve, tres cuartos de espada trasera y caída terminaron con la vida del animal; hubo una leve petición sin razón alguna que aprovechó la cuadrilla junto con el espada en vergonzosa actitud pedigüeña que a punto estuvo de surtir efecto. 
 
Consideramos que este torero con cualidades y una vida por delante, debe reflexionar, darse tiempo para madurar y no caer en esas reacciones como la de hoy que poco le favorecen.
 
Indudablemente Pablo fue quien hizo el lleno, sin embargo la gente se fue decepcionada pues las cosas no le resultaron bien. Con su primero un colorado que se apagó como resultado de un rejón trasero, dejó dos banderillas de regular colocación teniendo que llegarle mucho, el rejón de muerte contrario no fue suficiente obligando al navarro a apearse para descabellar lo que consiguió al cuarto intento recogiendo algunas palmas.
 
El cuarto totalmente descastado ignoraba a caballo y caballero, éste ejecutó varias suertes pese a la poca respuesta del toro, matándolo de rejón contrario y trasero para leves palmas y pitos al toro. De inmediato anunció un regalo que empezó embistiendo con buen son y se fue para abajo. La experiencia de Pablo hizo lucir a sus cabalgaduras con las que ejecutó varias piruetas que le festejan mucho; pinchó en el primer intento para matar y en el segundo descordó al toro provocando división de opiniones.
 
Complicado fue el primero de Diego Silveti que después de unos lances se le coló quitándole los pies del piso, lo picaron cerca de toriles doliéndose al hierro. lo mejor de Diego fue cuando se disponía a brindar y se le arrancó, lo llevó por delante con la mano izquierda, misma que corrió después en pocas ocasiones, El público guardo silencio tras haberlo despachado de media estocada.
 
El quinto fue terciado con poca casta, le dieron dos puyazos mal dados pasando a un desangelado quite de Angelino. Diego insistió por el lado izquierdo pero la poca respuesta del morito tampoco produjo emoción, tras un pinchazo deja estocada tendida y descabello, hubo silencio.