Triunfal, y con la emoción extra de los duelos banderilleros, resultó la última corrida de carnavales en Autlán de la Grana, Jalisco, donde El Zapata, El Conde y Padilla pasearon una oreja por coleta; éste último sufrió un esguince de rodilla del que ya es atendido.

Con un lleno hasta la bandera entre el contento general se dio el cerrojazo del Carnaval Autlán 2013. Corrida muy interesante en la que la emoción fue el factor que se vivió con intensidad toda la tarde, primero porque el toro con edad y cuajo se enseñoreó en la plaza "Alberto Balderas".

La ganadería de Begoña envió toros que cumplieron al caballo y les exigieron los papeles a los toreros que estuvieron por encima de ellos destacaron el primero, el segundo y el tercero que tuvieron movilidad; los otros fueron un verdadero crucigrama que solo el oficio, valor y entrega de los tres diestros pudo solventar.

El saludo de ovación para los tres al inicio de la corrida fue espectacular, motivados se enfrascaron en un duelo de banderilleros de mucho sabor torero, exposición y grandes facultades lo que les permitió recibir en conjunto atronadoras ovaciones. Cada uno en su toro invitó a sus compañeros de cartel que marcaron su particular estilo para poner los palos clavando en lo alto y luciendo portentosas facultades, que impactaron a la gente que mucho les aplaudió.

El Conde anda muy a gusto en la cara de los toros, resolviendo con oficio y poniéndose en el sitio para torear con calidad. En su primero estuvo a punto de cortar una oreja, ya que tuvo fuerte petición pero la espada cayó defectuosa.

Con su segundo que tenía movilidad y fuerza lo sometió por bajo para después torear con reposo y clase en una faena variada se fue tras del acero con determinación y le cortó la oreja dando la vuelta al ruedo bajo una lluvia de prendas.

Juan José Padilla impresiona por su valor y entrega, auténtico sin dudar en busca del triunfo, desde las largas cambiadas de rodillas hasta los muletazos cerca de los pitones con dimensión y garra así le cortó la oreja a su primero, al que por cierto brindo a una señorita con discapacidad motriz que se encontraba en las alturas, detalle que la gente le aplaudió con fuerza estocada en buen sitio y la oreja en la espuerta con el cariño de la gente.

Su segundo fue reservón peligroso, manso con mucho sentido. Por complacer a la gente le puso banderillas pero el toro cortaba la trayectoria de la embestida y fue muy complicado banderillearlo tan difícil que tuvo que saltar la barrera y quedar colgado del cajón de metal por donde salen los toros de reparo en esta plaza cuando de juega el toro de once.

Aquí con la muleta el toro lo arrolló, colándosele de fea manera y le propinó un golpe en la rodilla derecha aun así término con la vida de su enemigo recibiendo sonora ovación y pasando de inmediato a la enfermería, mientras que banderas piratas se agitaban en el tendido entre los aplausos del respetable.

Fantasía, orfebrería de imaginación creativa es lo que realiza El Zapata, tanto con las banderillas como con el capote y muleta, manteniendo siempre al espectador pendiente de lo que hace en el hilo de la emoción. Al tercero le cortó la oreja entre pases de calidad encajando los riñones y regalándole al público esos detalles que le hacen tan espectacular; le metió la espada y se llevó una oreja.

Con el que cerró plaza difícil, complicado y peligroso, se puso valiente y le pudo al toro, dejando por momentos pasajes de calidad sin poder cuajar la faena el público agradecido por la entrega solicitó la oreja con petición con el acero dejó media tendida y luego descabelló al final recibió sonora ovación.

La gente de la plaza salió muy contenta esperando al año que entra su carnaval.