En punto de las 16:30 horas de este jueves, como si el destino lo hubiera programado, en la Monumental Zacatecas partió en solitario el matador de toros Armando Montes; sonaron parches y metales para que hiciera por última vez su paseíllo en la plaza que desde niño atestiguó sus ilusiones, sueños, triunfos, y fracasos.
Con una gran entrada digna de cualquier cartel de postín la afición desgranó el olé más sentido para despedir este martes al diestro zacatecano Roberto Armando García García, quien perdió la vida el pasado miércoles.
Con un cielo azul que hizo lucir al Astro Rey en todo su esplendor, familiares, amigos, compañeros de profesión, además de matadores de toros, novilleros, becerristas, ganaderos, y la familia taurina zacatecana se congregaron en el coso de cantera para dar el último adiós al joven torero que se nos adelantó en el camino.
Con una sonora ovación el féretro de madera de Armando Montes recorrió el redondel de la Monumental Zacatecas, escenario que por última vez pisó el pasado 2 de noviembre cuando salió de sobresaliente en la corrida del mano a mano de Enrique Ponce y Juan Pablo Sánchez.
Montes vistió principescamente en su última faena, albo y plata, terno de la suerte, digno y señorial para quien el toreo era la vida misma; al frente del cortejo, el primer espada de su vida, don Melquiades García Montes (padre), y sus alternantes César, Erick y Marina (hermanos), quienes visiblemente emocionados despidieron con la grandeza que merece a un torero que hoy ya busca abrir la Puerta Grande del cielo.
En el centro del redondel la familia taurina conformada por los matadores Jorge Carmona, Jesús Enríquez, Jaime Uvario, Paco Campos, Antonio Romero, Jorge Delijorge, el matador en retiro Jaime Solo, los novilleros en retiro José Antonio Curro Enríquez, Ricardo Carmona y Antonio Saucedo, así como los novilleros en activo Edgar Badillo, Luis Ignacio Escobedo, Emmanuel Cuenca, y los becerristas, despidieron al nostálgico son de los pasos dobles que interpretó el mariachi, a un compañero de profesión, y a un amigo que les dejó grandes enseñanzas.
Empresarios taurinos como Juan Enríquez y César Ambriz, así como los ganaderos José Miguel Llaguno, Sergio Rojas, Javier Suárez del Real y Alejandra Ibargüengoitia, también se hicieron presentes para decir hasta pronto al torero de la tierra.
Con la emoción a flor de piel el mariachi interpretó pasosdobles que evocaron sus grandes momentos en esta plaza, desde su presentación como becerrista, hasta su debut como novillero, y su anhelada corrida con la que pudo estrenar su alternativa.
Junto al féretro de Montes, su hermano César, toreando al alimón, rezó en voz alta la Oración del Torero, pidiendo así que la Virgen María cubriera a Armando con su manto, y le diera en este trance su protección maternal.
Con las estrujantes notas de Las Golondrinas, el féretro madera y oro de Montes dio una vuelta más al redondel, después, con el fondo de la Marcha de Zacatecas, salió por la Puerta Grande, ante los gritos de ¡Torero, torero!, de ahí familiares y amigos se dirigieron hasta el Panteón de Herrera donde descansan ya sus restos.