Diluvio de esfuerzo y destellos toreros (video)
Domingo, 16 Sep 2012
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo
La novillada fue suspendida por lluvia tras la muerte del 4o.
Un auténtico diluvio, que dejó el ruedo de la Plaza México convertido en un barrizal, obligó a la suspensión tras la muerte del cuarto ejemplar, en un festejo donde llovió también el esfuerzo de los tres novilleros, que dejaron patente su torería y ganas de ocupar un lugar importante dentro de la Fiesta.
Y es que tanto Juan Pedro Moreno, como Mirafuentes de Anda y Paola San Román, pusieron de su parte para redondear una tarde que resultó entretenida y en la que se lidiaron cuatro ejemplares de diferentes ganaderías y no como se había anunciado originalmente, pues solamente el primero fue de Atenco y el cuarto de San Diego de los Padres, mientras que segundo y tercero procedieron de Coroneo y Guanamé, respectivamente, dos vacadas que no figuraban en el cartel original y cuya inclusión no se había dado a conocer.
Juan Pedro, nacido en Puebla pero que se forma en Aguascalientes a la vera del matador Luis Fernando Sánchez en la Academa Municipal, abrió plaza enfrentando a un colorado de Atenco que desarrolló muchas complicaciones desde su salida. Este ejemplar, que de acuerdo con la pizarra cumpliría los cuatro años en diciembre, era un toro hecho y derecho por estampa y trapío.
Con escaso recorrido, el astado muy pronto desarrolló sentido. Moreno no se achicó y enfrentó el reto, resultando arropado de fea manera en varias ocasiones, mismas de las que salió ileso por fortuna. Esfuerzo sin gran recompensa para el torero, que se dobló toreramente en las postrimerías de su faena y escuchó palmas al retirarse a la barrera.
Tras este trago que no llegó a ser amargo pero sí muy complicado, el torero de Puebla lidió al de San Diego de los Padres en medio de un diluvio monumental. Pese a las condiciones adversas, Juan Pedro no se aburrió y se jugó la vida ante un novillo que, sin ser un dechado de virtudes, colaboró de manera adecuada y al que pudo extraerle derechazos de buena factura.
El público le reconoció el esfuerzo desplegado y, mientras la lluvia aumentaba en intensidad, Moreno aumentaba en tesón. Trasteo variado que malogró con la espada, circunstancia que le cerró la puerta a la posibilidad de tocar pelo, una oreja que hubiera sido más que merecida.
La queretana Paola San Román dejó su huella en el único novillo que lidió, un burel de Guanamé al que recibió con lances a la verónica y un asolerado recorte que le fue aplaudido con fuerza. Como lo dejó ver, esta joven novillera siente mucho todo lo que hace en el ruedo y gusta del toreo artístico, con clase y empaque.
Su ejemplar acudía con cierta calidad, aunque no tenía un gran recorrido. Paola lo entendió bien y, dejándole la muleta un poco retrasada, logró dibujar trazos con la diestra que le resultaron estéticos, así como algunos elegantes naturales. El punto más importante de su faena, y donde el público le aplaudió a rabiar, ocurrió al ejecutar un par de cambiados de mano por delante y un firmazo donde brotó el arte.
En medio de su labor, sufrió un arropón del que salió todavía con más ímpetu. Y al igual que sucedería minutos después con su compañero Juan Pedro, Paola San Román dejó el brazo atrás y falló con el acero en el primer intento, dejando escapar lo que hubiera sido una oreja valiosa y ganada realmente bien.
Mirafuentes de Anda enfrentó un ejemplar de Coroneo que tenía la querencia marcada cerca de tablas, pero fue manejable en términos generales. El joven espada se notó verde, es cierto, pero también quedó de manifiesto su corte de torero artista y dejó para el recuerdo algunos derechazos en los que pulseó bien y se relajó al extender el brazo.
El novillo no era tan claro por el izquierdo, pitón por el que lo intentó de cualquier forma, así que los momentos destacados ocurrieron de nuevo por derecha en una faena que careció de continuidad. El espadazo con el que remató su labor quedó muy abajo y, tras una leve petición de oreja, De Anda salió al tercio entre algunas protestas.
Ficha México, D.F.- Plaza México. Decimoprimera novillada de la Temporada Chica. Unas 2300 personas en tarde lluviosa. Cuatro novillos de diferentes ganaderías, en este orden:
Atenco, Coroneo, Guanamé y
San Diego de los Padres, manejables en su conjunto, salvo el 1o., que fue muy complicado. Pesos: 400, 385, 370 y 395 kilos.
Juan Pedro Moreno (salmón y oro): Palmas en su lote.
Mirafuentes de Anda (nazareno y azabache): Ovación en el único que mató.
Paola San Román (obispo y oro con remates negros): Ovación en el único que mató. Incidencias:
Jorge Ramos, juez de plaza, suspendió la novillada tras la muerte del 4o., al encontrarse el ruedo en un muy mal estado.
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