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Sangre nueva ilusiona en la Plaza Arroyo (fotos)

Sábado, 01 Sep 2012    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: JRN          
Los cuatro chavales dejaron un grato sabor

Ilusión es el adjetivo que mejor podría describir al primer festival de apirantes a novilleros celebrado en la Plaza Arroyo, pues los cuatro chavales, cada quien a su manera y con su nivel particular de desarrollo, dejaron constancia de su aprendizaje y calidad en el ruedo de esta placita capitalina.

Las palmas de la afición que se dio cita en el coso, que por cierto fue más de la que se esperaba, acompañaron a todos los toreros, pero el que causó mayor impacto fue Juan Pedro Llaguno y se ganó el cariño del público gracias al carisma y el valor que mostró.

El eral que enfrentó este joven torero de dinastía fue el que desarrolló más complicaciones de un encierro de Olivares que en general se dejó meter mano, ya que, además de su poca fuerza, a la mitad de la faena comenzó a quedarse corto y a espiar a Juan Pablo, que a lo macho se quedó más quieto que un poste.

En uno de tantos frenazos del eral, éste volteó y permaneció varios segundos con la mirada fija en el cuerpo del chaval, que "asustó de valiente" y no se movió ni un milímetro hasta que el astado pasó. Y más allá del estoicismo demostrado, pudo acoplarse llevando la muleta a media altura y dejó trazos con empaque, para luego simular la suerte suprema y dar una vuelta al ruedo, premio a una labor completa en la que también cubrió el segundo tercio, con invitación a André Lagravere.

Y precisamente Lagravere tuvo también una tarde positiva, pues dejó en claro que es un torero de "pellizco". Lo mejor de su actuación fueron los trazos al natural, perfil izquierdo por el que el yucateco se siente más cómodo y así lo manifestó, alargando el muletazo y llevando templadas las embestidas de un eral que, aunque noble, echaba en falta un puntito de transmisión. También colocó banderillas y al igual que sus alternantes recorrió el redondel al final de su labor.

Alejandro Adame, hermano menor de Joselito -que por cierto estuvo presente en la plaza-, se notó ciertamente verde y fue arropado en un par de ocasiones. Más allá de estas circunstancias, el hidrocálido conecta pronto con el tendido y tiene concepto en su toreo, pues es variado y gusta de correr la mano en sabrosos muletazos, además de aderazar bajando mucho la mano en los de trinchera. Fuerte le aplaudió el público al momento de dar la vuelta al ruedo.

Abrió plaza el también hidrocálido Héctor Gutiérrez, que efrentó al eral más cuajado de la tarde y lo hizo con solvencia y cabeza clara, lo que habla bien de su desarrollo taurino. Además de notarse puesto, sobre todo si consideramos que se trata de niños toreros, sabe templar y ponerse en el sitio. Luego de sufrir una voltereta sin consecuencias, se levantó para rematar toreando por alto y dar una vuelta al ruedo con fuerza.

Ficha

México, D.F.- Plaza Arroyo. Primer festival de aspirantes a novilleros. Categoría de menores de 14 años. Más de media entrada en tarde agradable. Cuatro erales de Olivares, bien presentados y manejables en su conjunto, salvo el 3o, que tenía muy poca fuerza y recorrido. No se anunciaron pesos. Héctor Gutiérrez: Vuelta. André Lagravere "El Galo": Vuelta. Juan Pedro Llaguno: Vuelta. Alejandro Adame: Vuelta. Incidencias: el festejo fue a la usanza portuguesa, pues no se dio muerte a los erales en el ruedo. Al término del festival, los cuatro jóvenes dieron una vuelta al ruedo y una más acompañando al ganadero Bertín Rodríguez.


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