Pablo Hermoso se deja la piel en AGS (fotos)
Domingo, 22 Abr 2012
Aguascalientes, Ags.
Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda
Salió a hombros después de una actuación repleta de raza
Aunque Pablo Hermosa de Mendoza en un consentido de la afición mexicana desde hace más de una década, y ha toreado a lo largo y nacho del país más de 400 corridas, siempre resulta interesante poder evaluar el desempeño de una figura de época en un compromiso al que no se ha enfrentado nunca antes, como era su debut en el marco de la Feria de Aguascalientes.
Así que esta actuación de hoy, representaba para el rejoneador navarro una nueva apuesta en su carrera, consciente de que se trata de una feria de primer nivel, con una gran proyección internacional, y donde este año están acartelados varios toreros de gran importancia.
Desde luego que no podríamos hablar aquí de una competencia ni siquiera indirecta, pues Hermoso torea a caballo y los demás a pie, pero sí era muy significativo mantener el caché, a través de un triunfo resonante.
Y de esta manera, sin escatimar esfuerzo alguno, el navarro se dejó la piel en Aguascalientes y firmó una actuación rotunda, plagada de raza, pundonor y claridad de ideas que dejó satisfecho al público hidrocálido que hizo una magnífica entrada.
Quizá no debió ser premiada su faena del primer toro con dos orejas, pues mató de un rejonazo demasiado trasero, y ligeramente contrario. Sin embargo, al margen de esta circunstancias, demostró por qué sigue siendo uno de los toreros extranjeros más queridos por el público.
A ese primer toro de Fernando de la Mora le dio ventajas, colocándolo en distintos terrenos para clavar banderillas con una gran exposición, reuniéndose siempre con apretura en los embroques y batiendo limpiamente a pitón contrario con esa cadencia que le caracteriza.
También la faena contó con pasajes de mucho temple y expresividad montando a "Ícaro", una de las estrella de su cuadra, que encaró al toro sin miramientos y galopó de costado con mucha valentía.
Las embestidas repetidoras, no fáciles del ejemplar, contribuyeron a una faena muy emotiva prácticamente desde el principio, cuando Pablo estuvo a punto de caer del caballo de salida debido a un peligroso resbalón en un zona del redondel donde la no tenía la consistencia adecuada.
Cualquiera hubiese pensado que con la puerta grande abierta, el navarro podía tirar por la calle de en medio delante del cuarto toro, un ejemplar distraído y complicado, que se cruzaba mucho y complicaba cualquier intento de galopar sobre las rayas del tercio.
Y hubo un momento de auténtico drama, cuando perecía que el toro iba a encontrarse con Pablo y lo iba a empitonar contra las tablas, instante en el que el inteligente caballista español dio marcha atrás con mucha torería para esquivar un encuentro desafortunado con el toro.
La gente, que disfrutó palmo a palmo su actuación, se dio cuenta de las cosas extrañas que hacía el toro, y percibió el peligro a lo largo de la faena, misma que se saldó con un toreo tan eficaz y poderoso de altos vuelos, que lució sobre los lomos de "Manolete", un caballo muy versátil.
Ahora sí mató de una manea más ortodoxa, y tras un golpe de descabello, cortó una oreja más, para marcharse de la plaza con tres apéndices y el reconocimiento unánime de su jerarquía.
Alejandro Amaya llegó a Aguascalientes mermado de facultades físicas y toreó infiltrado de un hombro. A pesar de este hecho, se mostró firme y decidido delante del primer toro de su lote, al que hizo las cosas con conocimiento de causa y sobriedad, antes de colocarle una estocada entera, la de mejor ejecución de la tarde.
El sexto, un toro bajo, reunido, y bien hecho, apuntó bravura desde su salida y recargó fuerte y con fijeza en el peto del caballo de Gabriel Meléndez, que dio un excelente puyazo.
Cuando daba la impresión de que Alejandro podía estar a tono con las condiciones del toro, su faena vino a menos desde el instante en que el viento lo descubrió y sufrió una angustiante colada. A partir de entonces, el toro impuso su ley y desarrolló cierta aspereza que ya no pudo resolver el tijuanense, esfumándose así la posibilidad de verlo tirar la moneda al aire, que era lo que se antojaba con un toro de esta condición en una corrida de tal trascendencia. Otro día será, tal vez cuando se encuentre plenamente recuperado, pues vocación le sobra.
Rafael Ortega no redondeó con el primer toro de Guadiana, que fue manejable pero duró poco, tras realizar una faena aseada que no caló en el tendido. El cuarto también se apagó pronto y el tlaxcalteca se concretó a bosquejar un trasteo de trámite. Cabe destacar su voluntad con las banderillas, en sendos tercios que entusiasmaron al público. La mala suerte en el sorteo impidió mostrarse a plentiud; ojalá que en su próxima comparecencia en el ciclo le rueden mejor las cosas.
Ficha Aguascalientes, Ags.- Primera corrida de feria y segundo festejo. Tres cuartos de entrada en tarde calurosa, con algunas ráfagas de viento. Dos toros de
Fernando de la Mora para rejones (1o. y 4o.), justos de presentción y disparejos en juego, y cuatro de
Guadiana, que sustituían a los de
Carranco, parejos de hechuras y juego desigual, de los que destacó el 6o. por su bravura seca, que terminó siendo incómoda. Pesos: 452, 496, 526, 450, 490 y 465 kilos.
Pablo Hermoso de Mendoza: Dos orejas y oreja.
Rafael Ortega (sangre de toro y oro): Silencio y pitos.
Alejandro Amaya (negro y oro): Palmas y división. Destacó en varas
Grabriel Meléndez, que picó muy bien al 6o.
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