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Hermoso llena y deslumbra en Texcoco (video)

Domingo, 08 Abr 2012    Texcoco, Edomex.    Jorge Raúl Nacif | Enviado           
Y perdió un triunfo importante por fallar con el rejón de muerte
Deslumbrante es el adjetivo que mejor podría definir la actuación de Pablo Hermoso de Mendoza hoy en Texcoco, donde llenó la plaza, sobre todo con su segundo, un gran toro de Los Encinos al que si no le tumbó el rabo fue por fallar con el rejón de muerte, quedando todo en una oreja, mientras que Arturo Saldívar también tuvo momentos estupendos y paseó un apéndice, perdiendo otros debido a los aceros.

"Peluquín" se llamó este ejemplar de Los Encinos que hizo cuarto, hijo del famoso semental 22 del mismo nombre, un toro que tuvo mucha alegría y acudía a los cites con bravura y prontitud. El rejoneador navarro le clavó un solo rejón de castigo, tras el que toreó templadamente con la banderola, provocando la positiva reacción en el tendido.

Posteriormente, ya en el segundo tercio, Pablo estuvo muy certero con las banderillas y toreando de costado por más de medio ruedo, dejándose llegar las embestidas del ejemplar. Un sensacional quiebro puso al público en pie, pues resultó sencillamente perfecto y con mucha exposición.

Bien toreado llevó al burel a lomos de "Manolete", un caballo que muestra avances muy importantes y que hizo estallar a la "Silverio Pérez" cuando, tras llevar al ejemplar cosido a la grupa, interpretó algunas piruetas, arriesgando con gran verdad en la primera, pues la ejecutó a escaso espacio de la cara del ejemplar.

De magnífica ejecución colocó tres cortas en un palmo de terreno, rodando sobre "Pirata". Emborrachado de torear, y de torear bien, Hermoso fue por un par de banderillas largas y las dejó en todo lo alto, para luego clavar la rosa y ejecutar la suerte del teléfono, ya cuando la plaza era un hervidero de pasiones.

Hasta el tercer intento logró dejar el rejón de muerte, por lo que perdió un triunfo que seguramente hubiera sido de rabo. Y así, todo quedó en una oreja que fue protestada por algun sector del público, pero lo que no se puede protestar es la deslumbrante actuación de este jinete navarro que salió a dejarlo todo en el redondel texcocano.

Ya desde su primero había quedado patente su arte a caballo y lució la torería de "Chenel", con el que templó sensacionalmente de costado, y el carisma de "Ícaro", este caballo que cita con elegancia y se deja llegar mucho los pitones de los ejemplares.

Y así, estructuró una labor de gran belleza en la que aprovechó la calidad de un toro de Los Encinos que vino a menos. Remató su faena dejando las cortas y un par a dos manos, pero el rejón de muerte le quitó la posibilidad de pasear por lo menos una oreja.

El primer toro de Arturo Saldívar tuvo calidad, sobre todo por el lado izquierdo, pero muy poca fuerza. El nacido en Teocaltiche mostró claridad de ideas y le dio la lidia adecuada, toreándolo con clase al natural y sin forzarlo, dejando muletazos que fueron bien recibidos por el público.

No cabe duda que Saldívar está hecho un pedazo de torero y que, además del empaque que muestra al correr la mano, piensa mucho delante de los pitones. Y así, cuando el toro se paró, le aguantó enormidades para ligar pases de mucho mérito, en lo que fue una faena emotiva que, de no haber pinchado en la primera oportunidad, pudo haberle redituado en un par de orejas y no sólo en la que paseó.

Bajo el mismo tenor estuvo delante del sexto de la corrida, burel que tomaba pocos muletazos por tanda y tendía a quedarse. Arturo le pisó sus terrenos y, dejándole siempre la muleta por delante, le recetó derechazos y naturales de una gran valía, jugándose la vida y tan tranquilo como si estuviera practicando de salón.

Valiente y firme, aguantó frenazos y las cosas inciertas que terminó haciendo el toro, logrando hasta una dosantina cuya realización parecía imposible. Vaya una faena de mérito y con pasajes emocionantes, aunque no pudo rubricar con la espada y perdió los trofeos.

Antes de matar a este ejemplar, Saldívar anunció el regalo de un séptimo toro, también de Santa María de Xalpa, un precioso jabonero en el que las hechuras no correspondieron al juego, pues pronto comenzó a quedarse corto y a espirar al torero, que lo intentó por todos los medios pero sin lograr que su labor despegara.

Fermín Spínola se llevó el lote menos potable y volvió a irse de vacío en su segunda y última actuación en esta edición de la Feria del Caballo. Su primero parecía tener buena condición, pero llegó al tercer tercio con escaso recorrido y embistiendo de manera deslucida, por lo que el diestro abrevió.

Su segundo tampoco fue materia propicia, pues tras las primeras tandas se refugió cerca de las tablas y regaló solamente medias embestidas. Profesional y con ganas de agradar, Spínola acortó terrenos y se pegó un arrimón que el público le reconoció con sus palmas, aunque no pudo rubricar con la espada al primer intento.

Ficha
Texcoco, Estado de México.- Sexta corrida de feria. Lleno en tarde de temperatura agradable, aunque con algunas ráfagas de viento. Dos toros de Los Encinos para rejones, bien presentados y buenos, de los que destacó el 4o. por su bravura, y cinco toros de Santa María de Xalpa (el 5o. como regalo), armoniosos de hechuras, de juego desigual, de los que sobresalió el 3o. por su calidad, aunque poca fuerza y duración. Pesos: 500, 475, 460, 480, 480 y 470 kilos. No se anunció nombre ni peso del toro de regalo. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Palmas y oreja con algunas protestas. Fermín Spínola (nazareno y oro): Silencio y palmas. Arturo Saldívar (obispo y oro): Oreja, palmas y palmas en el de regalo. Incidencias: Hermoso pinchó al 4o., del que perdió el rabo por esta circunstancia y dio la vuelta al ruedo acompañado por Adolfo Martínez Urquidi, que acudió al festejo en representación de su hermano Eduardo, ganadero de Los Encinos. Fernando García lució con las banderillas.


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