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Apoteósis de Pablo Hermoso en Manizales

Miércoles, 04 Ene 2012    Manizales, Colombia    Paulo Sánchez | Foto: Rodrigo Urrego         
Cortó tres orejas y salió en hombros

Esta tarde en Manizales continuó el ciclón Hermoso de Mendoza, que como en casi todo el planeta taurino a su paso va dejando patente de su toreo magnífico y único; completamente entregado en su regreso a Manizales estuvo el caballero navarro, logrando el delirio de los espectadores que casi llenaron los tendidos de la monumental de Manizales para verlo a él.

De eso no hay duda y no hay que llamarse a engaños, la presencia del portugués Antonio Ribeiro Telles y del colombiano Willy Rodríguez eran apenas un formalismo y necesario requisito de completar la terna. 

Casi todo lo hizo bien Pablo Hermoso de Mendoza, y esta tarde vimos de nuevo en Manizales toreo a caballo del más excelso. Hizo lo que quiso en todos los terrenos, dominante pero sensible, lucido pero honesto, y en medio de todo con una limpieza que rozó la perfección.

Complemento perfecto fue el encierro de Dosgutiérrez, que colaboró mucho para el lucimiento de Hermoso. Codiciosos los dos del lote del navarro, bravos y perseguidores con buen tranco y buen ritmo. El primero se cansó de perseguir y solamente al final se quedó un poco. Una faena muy diferente a la segunda, en la que se impuso el dominio de los terrenos y la facilidad de rematar las suertes. El primer rejón de muerte por su colocación no tuvo efecto y debió clavar otro rejón de muerte por lo que el premio se quedó en una oreja. 

En su segundo turno, toreó con temple desde la salida gracias a la prontitud del toro que persiguió con extraordinario galope. Digamos entonces que tan limpio como en la anterior, eligió otro libreto en el que primaron la doma y la espectacularidad en la ejecución de las piruetas y las suertes casi perfectas. Brillaron los quiebros precisos y los giros en la cara del toro, sometiendo al bravo en sus propios terrenos.

Y es que Pablo pisa los terrenos imposibles con una maestría apabullante. El colofón nos hizo contener la respiración y en una exhalación descargar la emoción contenida, en lo que hubo unanimidad en toda la plaza. Muerte ideal para dos orejas más y abrir la puerta grande. 

Willy Rodríguez, según sus propias palabras, cumplió un sueño al cortar una oreja alternando con Pablo Hermoso de Mendoza. Y fue una oreja a ley, en reconocimiento a su limpieza y a su esfuerzo ante un toro bravo que exigió mucho al rejoneador colombiano.

Ejecutó muy bien las suertes, templando la embestida y por momentos aguantando cuando el toro apretó, que fue la mayor parte del tiempo; como la mayoría de sus hermanos tuvo ritmo y un característico galope de los toros encastados y bravos. El público que se emocionó con la faena, pidió con mucha fuerza la oreja, luego de un pinchazo y un rejón de muerte desprendido. Concedió el presidente la oreja y la vuelta al ruedo al toro. 

En el que cerró plaza estuvo menos afortunado. Su fallo a espadas, la poca movilidad del toro desde la mitad de la faena y dos avisos impidieron que fuera más resonante su triunfo. Estuvo ansioso Willy, que quizá se concentró más en la idea de salir a hombros con Pablo Hermoso que en darle sitio al toro, a pesar de que clavó con eficacia los rejones y algunas banderillas. 

El paso de Antonio Ribeiro por Manizales no fue brillante. Excelente doma, y variedad en las suertes, pero toreó poco a lomo de la cuadra que tomó prestada de Pablo Hermoso de Mendoza

Se abona la voluntad y la exposición clara de su técnica clasicista que el público agradeció y reconoció cariñosamente.  Para el olvido la manera en que descordó al toro con el rejón de muerte en el cuarto. 

Ficha

Manizales, Colombia. Segunda corrida de feria. Más de tres cuatros de entrada en tarde fresca. Toros de Dosgutiérrez, para rejones, de buen comportamiento en general. Aplaudidos en el arrastre 1o., 2o. y 5o. Pitado el 4o. y premiado con vuelta al ruedo el 3o., de nombre "Flor Guajiro".  Pesos: 470, 456, 440, 506, 478 y 482 kilos.  Antonio Ribeiro: Palmas y pitos. Pablo Hermoso de Mendoza: Oreja y dos orejas. Willy Rodríguez: Oreja y silencio.
 


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