El talante alegre del festival celebrado en la Monumental de Iñaquito volvió a dejar muchos momentos para el recuerdo, sobre todo por la disparidad de estilos de los toreros de distintas generaciones, entre los que sobresalieron El Fandi y Álvaro Samper, que cortaron dos orejas simbólicas cada uno, convirtiéndose en los máximos triunfadores de este festejo.
Y una vez más la inconformidad de la afición se hizo patente cuando un grupo de jóvenes mostró una manta que decía: "El toro debe morir en el ruedo y no en los chiqueros". Varios policías acudieron a arrebatarles la manta y se toparon con la valentía de estos aficionados, que se manifestaban pacíficamente.
No obstante, la actitud represora de la policía puso en alerta al resto del público, que lanzó gritos de solidaridad antes esta justa iniciativa. Pasado este incidente, cargado de tensión, el festejo se desarrolló con normalidad, una vez que el veterano Ruiz Miguel había bosquejado detalles de torería ante un novillo que embestía con la cara alta.
La sustitución de Alejandro Talavante le vino de perlas a El Fandi, que tuvo que salir vestido con un traje de calle, tocado de un sobrero cuencano, para cumplir con una brillante actuación que tuvo su punto más candente con las banderillas, delante de un novillo de Triana que fue el de juego más completo.
Y después de sus alardes con los palos, ya con el público en estado de ebullición, el granadino mantuvo el nivel de interés en una faena habilidosa y recia en la que fue hilvanando los muletazos palmo a palmo cerca de la zona de las tablas en los que brilló acusado sentido de los terrenos y la chispa de su toreo.
La algarabía del público no se hizo esperar y retribuyó a este ídolo popular con sus aclamaciones, premiándolo con dos merecidas orejas que paseó con su amplia sonrisa por todo el ruedo, ya que a estas alturas de la tarde, el festival se había venido arriba.
Por su parte, Samper estuvo atento a todo y no desaprovechó la nobleza del sexto ejemplar, también de la ganadería de Triana, para edificar un triunfo legítimo en el que se agradece su disposición y variedad, como fue el hecho de subirse a picar él mismo o invitar a El Fandi y Antonio Ferrera -que estaba como simple espectador- a clavar sendos pares de banderillas, uno de los pasajes más espontáneos de la tarde por el compañerismo de los tres toreros y el arrojo de Samper de invitar a colocar palos a esos dos monstruos del segundo tercio.
A esta puesta en escena siguió una faena centrada, de menos a más, en la que el matador quiteño toreó con ritmo, asentado, y se gustó mucho en varios naturales de magnífica factura.
Algunos adornos finales con ambas rodillas en tierra, precedieron la simulación de la muerte del novillo con la palma de la mano.
El premio de las dos orejas simbólicas fue un bálsamo a la tarde aciaga que supuso haber toreado en la segunda corrida de feria en medio de un incómodo vendaval.
Sebastián Castella realizó una faena entre altibajos con otro novillo sin calidad, que manseó de continuo y miraba mucho al torero. El francés le dio algunos naturales con trazo y temple, aunque su labor no alcanzó a tomar demasiado vuelo, quizá porque se estaba reservando para la corrida del día de hoy. Al margen de su desigual desempeño, le entregaron una oreja que paseó con rapidez y sin que se le notara satisfecho.
Aunque Enrique Ponce también torea esta tarde, no dudó nunca en plantarle cara con honradez profesional al segundo ejemplar, un novillo muy complicado al que le robó pases donde no los había.
Martín Campuzano no lo vio claro y naufragó con el viento y con los arreones de un novillo que terminó imponiendo su ley en una tarde donde la fiesta de los toros dejó muestra de su grandeza.
Quito, Ecuador.- Cuarto festejo de feria. Festival. Media plaza en tarde de clima cambiante, en la que molestó el viento en la lidia de los dos últimos ejemplares. Novillos de Triana y Vistahermosa (1o. 2o. y 4o.), desiguales en hechuras y juego, de los que sobresalieron 4o. y 6o. Pesos: 363, 340, 405, 365, 382 y 366 kilos. Ruiz Miguel: Palmas. Enrique Ponce: Ovación. David Fandila “El Fandi”, que sustituía a Alejandro Talavante: Dos orejas. Sebastián Castella: Oreja. Martín Campuzano: Palmas. Álvaro Samper: Dos orejas.